Thursday, May 5, 2011

CANTA. CANTA UNA CANCIÓN. ORAR ES BUENO PARA TODOS.

Canta y actúa! Canta a lo bueno, no a lo malo. Canta y ubícate a ti mismo como un compañero dispuesto a alcanzar futuros mejores. Anima a los que vacilan. Muéstrales que existen noches más hermosas y mañanas brillantes.

Estas fueron las palabras finales de mi segunda entrega en la serie de mis últimos comentarios. Y lógicamente surge una pregunta. ¿cómo podría cantar cuando no lo puedo hacer ni cuando me encuentra bajo la ducha?

Ya lo he mencionado anteriormente. El canto del espíritu es la máxima expresión de los brotes melódicos en todas nuestras acciones mientras caminamos por los senderos de esta tierra.

No es un asunto de hipnotizar a las multitudes en la forma tan obsesiva y psicodélica que se hace hoy en día. No es un asunto de exhibiciones atléticas casi increíbles ni escenarios en donde reine la mímica más distorsionada y distorsionante.

Es el amor y la protección en acción, día a día. En las cosas más pequeñas. En la incansable contrastación entre lo balanceado y real con lo distorsionado y lo alucinante e ilusorio. En la presentación y análisis compartido de ambos lados de las monedas de la vida.





En el insistir en lo permanente y fundamental y en la necesidad de la supervivencia de los lazos familiares como las raíces que alimentan las vidas de los niños de hoy, hasta que llegue el momento, sin finalizar por ello, en que ellos sean los responsables de transmitir los valores fundamentales de la vida a sus descendientes.



Es el amor y la protección en acción que permite

que florezcan las sonrisas

aún en el remolino de las más duras circunstancias.
Es lo que cada uno de nosotros debería siempre hacer,

a como la canción nos indica.

Canta. Canta una canción.
Canta con voz alta. Canta con fuerza.
Canta a lo bueno, no a malo.
Canta a lo alegría, no a la tristeza

Canta. Canta una canción.
Hazla simple para que te dure toda la vida.
No te preocupes si no es lo suficientemente buena
para que otros la oigan.
Tan solo canta, canta una canción.

Canta. Canta una canción.
Permite que el mundo cante a la par tuya.
Canta al amor que pudiera ser.
Canta para ti y para mí.

Canta. Canta una canción.
Hazla simple para que te dure toda la vida.
No te preocupes si no es lo suficientemente buena
para que otros la oigan.
Tan solo canta, canta una canción




Esto es especialmente importante aunque tan solo seas una persona común, inmersa en el ambiente mundano y no atraído por el entendimiento espiritual, o no creyente.

Siempre he dicho que hay espacio más que suficiente para la gente bien intencionada, aunque no basen su buena fe en los fundamentos espirituales cristianos.

El carácter fuerte y la personalidad definida te pueden llevar a superar los obstáculos aunque sea al costo de mucho sufrimiento, tozudez, estoicismo y aún cinismo, si es que no sucumbes primero bajo el peso intolerable de las adversas circunstancias.

Tan solo es un caminar mucho más difícil. Lo experimenté personalmente. Hubo tiempos en que creí que el cristianismo era tan solo para la viejas beatas y los perdedores y débiles.

Pero, a Dios gracias, aprendí la lección sobre la futilidad de todos mis esfuerzos. Y consecuentemente a partir de mi cambio he vivido mejor equipado para enfrentar las dificultades de la vida.

Hay tanta fortaleza en la oración. No en la desesperada, sino en la que nos lleva a un diario contacto e interacción con Dios. ¡Créanme! ¡Orar es bueno para todos!

En las buenas. Por gratitud y reconocimiento de Su Gracia y Su Misericordia. En las malas. Como una vigorosa forma de confrontar las duras realidades y abusos de esta vida. En las peores. Porque en esta forma podemos partir con paz en nuestro espíritu, dejando atrás lo temporal y lo inconsecuente.




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