Sunday, December 28, 2008

Sobre el matrimonio, la familia y la vida…!


Cuando la vida se vive a plenitud de ninguna manera es un cuento de hadas. Las personas y las circunstancias son la esencia de la vida. Circunstancias y personas tan diversas en su estructura y contenido. En el más esplendido ejemplo de una trama vivencial que resiste e incólume persiste y se impone sobre todos los retos y todas las adversidades.

Y el fundamento básico de todo esto es la familia que comienza en la intersección de dos vivencias individuales, la de una mujer y un hombre, unidos en amor a través de las bienandanzas y carencias de su diario convivir cristalizado en los hijos que con las nuevas mujeres, compañeras de sus vidas continúan expandiendo esta trama vivencial a través de las nuevas generaciones y las nuevas circunstancias.

Lo transcendentalmente único, aunque siempre presente en cada familia incrustada en los valores morales y cristianos y acogida a la protección de Dios, es la transformación de dos personalidades diferentes en una sola, esperanzadoramente indivisible.

Dios no ha creado clones. El une diferentes vivencias y diferentes perspectivas y entendimientos de la vida, fabricando la red flexible e irrompible donde las adversidades de la vida, entremezcladas con los placeres, los éxitos y las metas conquistadas, saltan y rebotan en un carrusel a veces auspicioso y otras veces no tanto.

Carrusel que nos hace recordar los coros infantiles de los cien elefantes balanceándose sobre la tela de una araña, pero esta vez una tela extendida entre las ramas del amor humano y el divino que permitieron en primer lugar su formación para dotarla de la tenaz resistencia del amor compartido pero de a de veras.

Dios bendice y bendice en abundancia. Él lo ha hecho con nosotros por saber en su omnisciencia que las necesitaríamos para soportar y superar las pruebas que encontraríamos en nuestro camino y que lo hacen convertirse en una interminable e impredecible jornada.

¡Y vaya que hemos encontrado pruebas en la senda diaria! Pruebas que actualmente soportamos en la esperanza de su pronto final en victoria. Porque confiamos, porque tenemos esperanzas, porque esperamos por el tiempo del Señor apropiado para la solución de nuestras necesidades y carencias.

A como lo dije antes la vida no es un cuento de hadas. Es una vívida experiencia encarnada en nuestro amor compartido. No es una historia de serena placidez sino más bien la construcción de una estructura familiar a partir de dos individuales perspectivas y vivencias.

Tan solo esperamos que vuestras vidas, queridos hijos y entornos familiares, queridos amigos y conocidos circunstanciales, puedan ser como la nuestra para que en sus años crepusculares puedan hacer un alto en el camino, sonriendo y bromeando sobre lo que ha sido, lo que pudiera haber sido y sobre lo que probablemente sea hasta que finalmente todos seamos llamados al descanso eterno.


C´EST SI BON! ¡ES BUENO!

Es bueno y se siente bien que le pidan a uno en el metro que cedamos el asiento a alguien aparentemente más viejo y desgastado que uno, para luego darnos cuenta que tan solo tenía 55 años mientras tú apenas has recorrido 71 de los 104 años de los jóvenes de corazón.

C´EST SI BON! ¡ES BUENO!

ES BUENO Y SE SIENTE BIEN EL TENER A NUESTRO LADO A UNA AMANTE COMPAÑERA POR YA 47 AÑOS Y TAN SOLO DIOS SABE CUANTOS MÁS HASTA LLEGAR AL FINAL DE NUESTRAS VIDAS



Tuesday, December 9, 2008

LA VIDA ES UN PROCESO



Un final… un destino…

Donde Dios ha colocado metas y destinos aunque los hombres tropiecen continuamente con los guijarros y las rocas,

Y se confundan al preferir los desvíos y no acierten qué dirección o decisión tomar en las encrucijadas, perdiendo tiempo y energías al desaprovechar las oportunidades para seguir adelante.


La vida es un jardín bellísimo donde a la par de las flores ocupan un lugar los cactos.


La vida, a Dios gracias y por su misericordia, puede proveerte con segundas, terceras, y solo Él sabe cuántas oportunidades para restaurar y reencauzar nuestras vidas.

Sunday, November 30, 2008

DIOS HARÁ UN CAMINO PARA TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO

En mi último blog compartí la experiencia de la mariposita que se acogió a nuestro amor durante varios días, por no poder volar, posiblemente, ya que externamente no mostraba deficiencia alguna.

En esta forma ella era tan similar a tantos niños abusados y abandonados, bellos en su exterior pero sangrantes y necesitados de calor y protección en lo más íntimo de sus sentimientos.
Desafortunadamente la mariposita no tuvo el final que hubiéramos querido.
Al tener que viajar de Guatemala al Salvador para el cumpleaños de mi segunda nieta, que arribaba a sus 17 años en el seno de un hogar cristiano, constituido y completo, se me sugirió dejar la mariposita en el jardín hermoso del hogar de mi hijo Victor, en donde supuestamente nada la faltaría.
Esa noche la temperatura bajó a 12 grados centígrados, y a pesar de lo supuestamente acogedor y completo del jardín, la mariposita murió, creo que de frío, posiblemente no del frío material sino de la falta del calor de hogar que había disfrutado.
En forma similar, firmemente convencido de ello, siento que los niños, más que las comodidades materiales y externas lo que necesitan es el calor del amor, del hogar, del sentirse acogidos, del sentirse que tienen derecho a una segunda oportunidad en la vida, de la mejor oportunidad que podamos darles, con todas las comodidades materiales incluidas, porque a mi parecer, ningún niño tiene por qué sentirse huérfano, ni sentir que ningún adulto menoscaba su derecho a recibir todo lo que pueda dársele. Nunca nada es mucho o demasiado.
Ello me ha llevado a sentir que aunque la mariposita haya muerto de frío desde ese momento goza del calor eterno que le puede dar su Creador, más que cualquiera de nosotros, y en forma similar todo niño sentirá lo mismo, sin tener que morir de frío.
Dios hará un camino para cada niño, donde y aún cuando parezca imposible que pueda haber caminos, por nuestra insuficiente comprensión del privilegio y la bendición que significan el poder amar, proteger, cuidar, favorecer y darles todo lo mejor a los niños que El coloque en nuestro camino.
Porque ellos se lo merecen todo. Ellos son la niña de los ojos de Dios. Ellos debieran ser consecuentemente la niña de los ojos nuestros. Mateo 18: 6, 10

Wednesday, November 26, 2008

DIOS ENCONTRARÁ UN CAMINO PARA TODAS LAS MARIPOSITAS (NIÑOS) DE ESTE MUNDO

Hemos estado pasando un tiempo con uno de nuestros hijos en Guatemala. Mi esposa y yo hemos tenido gratos momento caminando por las calles y visitando los lugares de este bello país que ha sido nuestro hogar por más de 27 años, y en donde probablemente permaneceremos hasta que el Señor nos llame a descansar a su lado.

No es muy de sabios el andar libremente tomando fotografías de las personas que vemos por las calles hoy en día pero hemos encontrado muchos niños y niñas que nos recuerdan a los que dejamos atrás en Nicaragua

Pero algo muy especial ha estado sucediendo desde hace unos pocos días. Mientras mi esposa guardaba una de mis camisas una mariposita se posó sobre ella y no ha querido abandonarnos.


Ella ha permanecido con nosotros en nuestro dormitorio y hoy en la mañana mientras ella realizaba su diaria lectura bíblica, la mariposita voló de donde estaba posada sobre un osito blanco navideño hasta las páginas de su biblia y luego se posó sobre su mano.


¿qué mensaje de Dios me estás trayendo? le preguntó ella a la mariposita. y yo le contesté por ella... Un mensaje de comunión en el amor. Un mensaje de agradecimiento y de confianza de todas las maripositas que han alegrado nuestro hogar a lo largo de toda nuestra vida. Un mensaje de reafirmación de que Dios encontrará un camino para todas las maripositas bellas de este mundo.
Nuestras nietas le están preguntando ¿abuelita? ¿por qué está con nosotras la mariposita? ¿es que le gusta nuestra casa? y la abuelita contesta: cuídenla, no la lastimen. ella necesita nuestro amor.

Monday, September 22, 2008

Más acerca de palmeras, crisis, desafíos, crecimiento y muchas otras cosas importantes de la vida…

Hace apenas unos pocos días estuve compartiendo pensamientos sobre la toma de conciencia de cómo la naturaleza nos enseña lecciones de humanidad cálida y profunda, mostrándonos en la armonía de los seres, creaturas y elementos vivientes la imprescindible similitud y compatibilidad de la creación entera.

Me refería especialmente a una palmera real creciendo en las calurosas aceras de la capital de Nicaragua. Tan solo dos días después, ya en El Salvador, recibí de mis amigos una serie de fotografías de los estragos de uno de los más terribles huracanes, al mismo tiempo que idílicas representaciones de las bellezas naturales de los parajes más paradisíacos esparcidos por todo el ámbito terrestre.

No diré que sorprendentemente, sino más bien, coincidentemente en todas ellas aparecían palmeras omnipresentes en toda clase de circunstancias placenteras o adversas.

Y en una interesante y coincidente reiteración de conceptos, al día siguiente, invitado por mi hijo mayor a un retiro espiritual de hombres de todas las edades disfrutaba de la emotiva permanencia en un lugar muy especial a la orilla de un lago al que llegamos recorriendo carreteras, caminos empedrados, a lo largo de verdeantes senderos bordeados por viviendas de todos los aspectos posibles.


Tan solamente un día después, invitado por mi hijo mayor a un retiro espiritual de hombres de todas las edades disfrutaba de la emotiva permanencia en un lugar muy especial a la orilla de un lago al que llegamos recorriendo carreteras, caminos empedrados, a lo largo de verdeantes senderos bordeados por viviendas de todos los aspectos posibles.

Los comentarios variaban al observar desde los más suntuosos chalets donde como si fueran bicicletas se reportaba que solían verse usualmente parqueados no menos de dos helicópteros, hasta las humildes viviendas desde donde nos veían pasar a los confortablemente transportados que iban en busca de alimento y solaz espiritual en medio de la esplendorosa belleza de la vegetación que rodeaba el edificio donde resonarían los cantos y alabanzas.

Pero lo que más me impresionó fueron las palmeras que tal y cual la palmera de mi calurosa acera en mi solar nativo, me transmitía la secuencia de la verdadera razón de su existencia ya no tan solamente en el ámbito material sino en el espiritual ambiente que nos adentraría dentro de nuestra vivencia interior en comunión con nuestro Salvador y Señor de nuestras vidas.

El mensaje transmitido a mi emoción y a mi espíritu fue la consciencia de que si deseamos transcender a nuestras tribulaciones, circunstancias y presiones sociales, debiéramos prestar más atención y aprender de las palmeras, las palmeras reales a las que me refería anteriormente.

Y busqué en internet, y me sorprendí al encontrar la miríada de reportes y fotografías de palmeras resistiendo a todas las mayores e inimaginables circunstancias adversas. Y me acordé de los niños y adolescentes que hemos dejado atrás, y no pude menos que orar todo el día pidiéndole al Señor que los convirtiera en jóvenes y hombres responsables para que en su debido tiempo alabaran y se entregaran a Él a como lo estaban haciendo los que me rodearon en agradable compañía de todo un día pletórico de emociones, quebrantamientos, unción y sanación de nuestras debilidades y sufrimientos.

Estos comentarios, a partir de este momento van a ser primordialmente gráficos, esperando llevarles en la secuencia de las imágenes y sonidos el mensaje de que ¡SÍ SE PUEDE! ¡SÍ SE PUEDE SALIR ADELANTE EN LA VIDA CONVIRTIÉNDONOS EN LOS HOMBRES QUE NECESITAN NUESTRAS Y LAS FUTURAS FAMILIAS DE LOS QUE APENAS COMIENZAN DOLOROSAMENTE A TRANSITAR POR LA VIDA! ¡SÍ SE PUEDE¡ ¡PARA DIOS Y CON DIOS NADA ES IMPOSIBLE!

¡Entrégate a Dios y Conviértete en Palmera!

¡Ellas no son tan solo parte de escenarios idílicos!


¡Enfrenta las crisis a como ellas lo hacen cuando las azotan los huracanes y tormentas! ¡Persevera y Sobrevive! Aún Mas… ¡Más que Sobrevivir Plántate y Triunfa! ¡El Señor será tu

Apoyo en las crisis y tu Fortaleza en La Adversidad y La Desgracia!

¡En lugar de resignarte a ser víctima conviértete en testimonio de la Gracia y de la Misericordia derramada sobre ti en los momentos de incertidumbre, desesperanza y angustia!

¡Espera en El Señor! Ya llegará el tiempo en que de promesa en potencial o crecimiento…

Te convertirás en simiente y fruto…


Y luego en sombra protectora tanto de los tuyos como de aquellos que sufrientes se acerquen a ti como las abejas se acercan a las fuentes de polinización y alimento


Para que en comunión con tu creador y sometimiento a su disciplina y amor…






Puedas resistir con Su Gracia las vicisitudes de la vida y soportar con paciencia los aguijones que aflijan a tu espíritu carnal para poder ser instrumento de transformación de los acogidos a tu protección y de los que busquen el alero de tu casa durante y después de los embates de las adversidades y tormentas…

Friday, September 19, 2008

Como en Jeremías Capítulo 17 versículos 7 y 8

En Jeremías 17 versículos 5 y 6 El Señor dice que el hombre pone su confianza en los hombres y se olvida de El será como un arbusto en el desierto y vivirá entre las piedras en medio de las tierras yermas y estériles. Luego en los versículos 7 y 8 bendice al hombre que deposita su confianza en El y declara que será como un árbol plantado a la orilla de un río y que extiende sus raíces hacia la corriente y no temerá cuando lleguen los calores.

Hace ya varios años, mientras residíamos en Los Estados Unidos, involucrados en excitantes actividades misioneras, tuve la oportunidad de ser invitado a pasar un fin de semana en un parque recreacional a la vera de un plácido riachuelo y pudimos descansar todo el día con nuestras cabezas sobre la suave y acolchada ribera y nuestros pies sumergidos en las aguas de la más agradable frescura que pudiéramos haber soñado gozar en un caluroso verano.

Se sentía uno tan feliz al pensar que esa era la forma de vivir mientras se obedeciera a Dios. Los ruidos citadinos se sentían tan distantes que pensaba que probablemente tendríamos que regresar a las calles bulliciosas pero siempre podríamos apartarnos de su violenta turbulencia para descansar a como estaba sucediendo ese día. La bucólica imagen que rondaba por todos los rincones era la de los buenos y exitosos tiempos que serían la rutina diaria mientras extendíamos nuestras manos y abríamos nuestros corazones a los sufrientes, los rechazados y abusados de este mundo.

Durante los últimos 6 años de servicio ministerial en nuestra nativa Nicaragua, sirviendo al Señor al proteger a sus niños abandonados, vivimos en un muy tradicional vecindario, tan solo a una cuadra de distancia del pequeño y acogedor parquecito al otro lado de la calle de la residencia de una Ex Presidenta, en el mero centro del barrio conocido como el Reparto Las Palmas.

El Señor ya nos había enviado de regreso a nuestros hogares propios, ubicados en vecindarios de confortables clases medias en Guatemala y en El Salvador. Sin embargo hacía tan poco unas semanas nos habíamos visto obligados a regresar por motivos familiares y nos hospedábamos en la casa de uno de nuestros hijos, ubicada asimismo a una cuadra de distancia del mismo lugar pero en dirección opuesta a la casa que había sido nuestro hogar por todos esos años.

En mi pensamiento reinaba la idea de que estaba gozando nuevamente el descanso a la vera de otros plácidos riachuelos, preparándonos para futuras actividades misioneras. Alegremente afirmaba, agregando en alguna manera a lo expresado en Eclesiastés que era una realidad lo de que había un tiempo para dar y un tiempo para recibir, porque no se puede dar si no se tiene y hay que rellenar de nuevo las alforjas para poder seguir dando a como estime necesario El Señor.

Adicionalmente expresaba que el descanso que gozábamos era el bien ganado descanso del guerrero. Pero el Señor me tenía preparada la siguiente lección en el curso de vida y crecimiento espiritual, al forzarme a enfrentar lo que estimaba eran tan solo ataques espirituales del espíritu que domina al mundo queriendo destruir nuestra felicidad familiar y forma de vivir.

Hace apenas dos semanas tuvimos que regresar a nuestra tierra nativa por asuntos familiares hospedándonos en casa de otro de nuestros hijos, tan solo a dos cuadras del mismo parque pero en dirección opuesta a donde vivíamos anteriormente.
Mi esposa y yo, en compañía de mi hijo y nuestra última nieta salimos a distraernos un poco en el hermoso y limpio parquecito donde solíamos ir a pasar tiempos agradables con nuestras antiguas nietas postizas.
¡Qué choque emocional el de observar tanta basura desperdigada por todo el parque y ver a adultos y jóvenes sentados y a niños jugando como si el depresivo ambiente fuera la más natural circunstancia! ¡Y eso tan solo al cruzar la calle a la acera opuesta a la residencia ex presidencial!


¡Claro que hay un tiempo para laborar arduamente y otro para descansar! ¡Y tiempo para rejuvenecer nuestro ser interior! ¡Tiempo para ser no tan solo un árbol cualquiera, sino que una palma real, a semejanza del nombre del parque en que tratábamos de entretener a nuestra nieta! ¡Dios no quiere que seamos un arbusto cualquiera! Y me preguntarán por qué. En ese preciso instante no me percataba de ello, pero todo me resultó de una claridad meridiana muy temprano a la mañana siguiente al acudir a cambiar unos cuantos dólares en el banco al otro lado del parque.

Esa mañana, esperando a que el banco abriera, me senté sobre el borde del arriate de flores justamente frente a sus puertas. Una abejita trató de posarse en mi frente y me forzó a darme cuenta de las muchas otras que oficiosas y zumbantes se aglomeraban sobre las flores de una hermosa y silente palma real justamente ante mis ojos.

Y una súbita realización me hizo saltar de mi precario asiento. Saqué de su esctuche en mi cintura a mi permanente compañera, la cámara digital, y traté de seguir las al aparecer erráticas piruetas abejiles. Y poco a poco me fui dando cuenta que una tras otra alborozadas se nutrían de la esencia misma de las flores de la palma, guiando en zumbante algarabía a las que al ver el ajetreo se sumaban al alegre revolotear de las abejas que primeramente habían descubierto tan atrayente tesoro de vida y alimento.

Y me di cuenta cabal que no se necesita escapar a lugares recónditos y quietos y que podemos convertirnos en los árboles de que nos habla El Señor, plantados en las duras aceras de las bulliciosas ciudades, si bebemos de las aguas vivas del espíritu de Dios de las cuales nos hablan Las Sagradas Escrituras.

Me di cuenta de que nuestro destino como cristianos servidores es el convertirnos en las flores de las palmas reales de la vida para que las abejitas de este mundo se alimenten con la fortaleza rejuvenecida de nuestros seres interiores de manera que las que antes se alimentaron y las que en el futuro alimentaremos puedan a su vez convertirse de abejas en palmas para seguir transmitiendo la gracia y la misericordia divinas.

El Señor es un amigo tal, además de ser tu Salvador y Señor, que nunca permite que “el fuego refinador” de las pruebas, los rechazos, las adversidades y aparentes fracasos te reduzcan a cenizas inútiles. El te invita a caminar a través de resonantes truenos, inundaciones destructivas y arrasadores incendios para que puedas caminar a pie descalzo sobre las brasas candentes del crecimiento espiritual que purifican nuestros corazones para poder posteriormente mostrar Su Divino Carácter a través del nuestro.


En realidad no necesitamos las corrientes cantarinas y fluidas de los éxitos mundanos, aunque ellos sean resultado de bien intencionadas actividades cristianas. Si sueñan con convertirse en frondosos y exuberantes árboles para solaz visual de los temporales compañeros del camino, para luego en aparente tranquilidad descansar con los pies inmersos en las refrescantes aguas del humano respeto y reconocimiento, El los sacudirá, los podará hasta los huesos, y los plantará en las ardientes y áridas aceras de las vidas mundanas citadinas, para fortalecerlos, revitalizarlos, y prepararlos para ser sus cada vez más espiritualmente maduros instrumentos y testigos.

No dudemos ni por un instante que El lo hará para que podamos ser las palmas reales y vivientes para que las abejas y abejitas se posen, revoloteen, y se alimente con la miel de nuestras esperanza y confianza en Cristo, de manera tal que puedan con tal nutrición espiritual aliviar sus lastimadas gargantas, dolorosamente cansadas de tanto pedir auxilio y alivio a las penas y abusos sufridos por ser considerados por los poderosos de este mundo como los molestos obstáculos para el goce sin críticas de sus opulencias y placeres.
No dudemos ni por tan solo un momento. El lo hará para que podamos iluminar las sonrisas de los que sin esperanza esperan al observar que los senderos abiertos no parecen conducir a parte alguna…
Sin aceptar tan solo ser entretenidos por las arengas y los chistes groseros de los payasos del camino

Y en similar manera podamos sacudir de su resignación o indiferencia a los que ya casi han tirado la toalla resignándose a sobrevivir entre la suciedad, la basura y los desperdicios arrojados por
doquiera hasta en los que debieran ser los parques o remansos de belleza necesarios para el reposo emocional, espiritual, y material que sin excepción alguna necesitamos todos para poder tomar aliento y continuar luchando por la vida, en todos sus aspectos,

rechazando la prepotencia y la vulgaridad de los perturbadores e insensibles abusadores, por comisión,omisión, indiferencia u olvido, de nuestros ámbitos individuales, colectivos o sociales, en su mutuas acepciones de materialidad y espíritu

Wednesday, September 3, 2008

Las dos caras de la moneda. La vida debería ser un ejercicio constante de rectitud…

Revisando algunos de los mensajes que mis compañeros de colegio me envían encontré diversas y profunda referencias a la mujer ideal, como continuación de mis pensamientos sobre las niñas, jóvenes y mujeres adultas de mi patria, y en ellas todas aquellas en las culturas compatibles con nuestro cristiano entendimiento del compromiso fundamental con la rectitud y el mutuo respeto como bases indispensables para los sensitivos y transcendentes valores y conductas individuales y familiares.

Al finalizar y ya bien tarde en la noche me fui a la cama. Mi esposa de 46 años de convivencia estaba profundamente dormida pero cuando me acomodé a su lado, perezosamente despertó, me dio un beso, tomó mi mano colocándola bajo su mejilla como si fuera una almohadita viviente y volvió a sumergirse placidamente en su sueño.

Mientras tanto yo meditaba en cuan bendecido he sido al haber encontrado una joven que se convirtió a mi lado en mujer, esposa, fiel compañera y apoyo en las buenas, las malas y las peores circunstancias de nuestra vida.

Ello me hizo apreciar el tesoro invaluable de encontrar a una joven con bien fundados valores morales. Y no estoy refiriéndome a una tímida o timorata adolescente o mujer. Ella era y es vivaz, afable, agradable, osada y aventurera. Ambos fuimos excelentes bailarines y una de las parejas favoritas en las recepciones y fiestas sociales y gubernamentales, en donde se nos pedía a menudo que mostráramos nuestra agilidad y entusiasmo danzando todo tipo de ritmos desde la música soul y el foxtrot norteamericanos hasta las ardientes cadencias tropicales de moda.

Pero ella era una sólida y balanceada joven de la cual tuve el privilegio de ser el varón que la adentró en la senda, no siempre toda color de rosa pero experimentada intensamente por ya 71 años de una vida que espero no termine ni siquiera al llegar a los 104 años de los jóvenes de corazón, a como dice una popular canción de nuestros años jóvenes en Norteamérica, y si Dios lo permite aún más allá de esa dorada meta.

No es necesario ser cristiano para poder darnos cuenta de cuan fundamental es esto…. Los poetas, escritores, fotógrafos y toda suerte de personas de bien que exaltan la belleza femenina en sus diversas facetas no encuentra una mejor manera de hacerlo que exaltando los valores morales de la propia y la mutua apreciación, discernimiento, amor y respeto.

Más aún… en lo que es el aspecto más importante de todas las relaciones humanas… el ámbito transcendental y espiritual debemos obligadamente darnos cuenta de que hay dos caras en la moneda de la vida relacional.

Una cara es la impuesta por el mundo exterior a través de los enfoques e imposiciones liberales en relación a la libertad personal y las modas y tendencias que en realidad en lugar de enfatizar y mostrar la belleza femenina más bien la degradan al convertirla en una herramienta de control consumista, aunque, por estar profundamente manipulados por toda la gama de abiertas o subliminales influencias que incesantemente nos abruman, nos rehusemos a reconocerlo o rechazarlo.

En los días presente esto es más evidente sobre todo en las jóvenes, las adolescentes y aún las mujeres adultas, en la imperiosa exigencia de conformación y sometimiento como precio de la aceptación por parte de nuestros grupos sociales, aunque ello requiera el renunciar o poner a un lado los tesoros internos de la autoestima, el derecho a escoger y no tan solo ser escogidos, el derecho a esperar a ser apreciados por lo que somos y no solo lo que aparentamos ser, el derecho a esperar, decir no, el derecho a ser visto y tratado con la mayor ternura y respeto cualquiera que sea el ámbito en que nos encontremos, individual, familiar, social o religioso.

La otra cara de la moneda es… vuestra feminidad y sentimientos maternos, vuestro correcto accionar y posición en la familia y en la sociedad, hombro a hombro con vuestros compañeros de vida, en vuestros esfuerzos conjuntos por recorrer armónicamente los senderos de vuestra existencia terrenal hasta llegar a las riberas de la eternidad y al gozo de la compañía de nuestro Creador y Dios.
Por eso… me gustaría preguntarles, mis queridas jóvenes, adolescentes y mujeres adultas… ¿Es necesario renunciar a vuestra natural belleza y personalidad balanceada y comedida tan solo por experimentar o compartir temporales momentos de sensualidad, emoción o experiencias desbordantes, o para convencerse a sí misma de haber obtenido la aceptación de un grupo?

¡Realmente piensan que en esta forma podrán ser consideradas como las “permanentes compañeras de vida” de tales temporales conocidos o compañeros de grupo?

ver video relacionado con este tema en la version en inglés de este blog...
2 sides of the coin...

Tan solo recuerden que el destino natural como la parte femenina de la ecuación de la vida transcendente estáis destinadas a ser las esposas y madres que servirán de cuna y formación más íntima de las generaciones venideras.

¡Qué triste sería que, al contrario, fuerais consideradas como la mujer frívola del libro de Sira o Eclesiástico en su capítulo 26 versículos 9 al 12: “la mujer seductora mira con atrevimiento; en sus ojos se lee lo que es. Vigila sus miradas desvergonzadas y no te sorprendas si te falta al respeto. Ella abre la boca como viajero sediento y bebe de cualquier agua que encuentra; se ofrece a cualquier hombre y abre su aljaba a cualquier flecha”!


Si todavía eres una joven soltera y atractiva aunque deseosa de libertad, aceptación o experiencias, tan solo reemplaza la palabra “esposa o compañera” en la acepción genérica de “mujer” y verás cuan adecuadamente se aplica el mensaje a cualquier intensa, audaz, intencional o no, pero siempre carente de discernimiento actitud, vuestra o de vuestros amigos, o compañeros de paso.



¿No os detenéis a pensar cuan mejor sería el recibir la alabanza y la aceptación indubitable de vuestros futuros familiares así como la de cualquier sensata y responsable persona en vuestro ambiente social, al menos aquellos cuya aceptación realmente cuenta por lo valioso de su integridad personal y social… tal como se expresa en Proverbios Capítulo 5 versículos 18 y 19 dirigidos tanto a ti como al varón que llegue a ser tu esposo: “!Bendita sea tu propia fuente! ¡Goza con la compañera de tu juventud, delicada y amorosa cervatilla! ¡Que nunca te falten sus caricias! ¡Que siempre te envuelva con su amor!

O la gozosa alabanza de los amigos de tu futuro esposo, por haberte escogido como la esposa mencionada nuevamente en el libro de Sira o Eclesiástico, Capítulo 26 versículos 1 al 4: “!Dichoso el esposo de una mujer buena: vivirá el doble! Una mujer ejemplar hace prosperar a su marido y le alegra los años de su vida. ¡Qué buena suerte es encontrar una buena mujer! Es un regalo que Dios da a quienes lo respetan. Sea rico o pobre, estará contento y siempre tendrá la cara alegre””

Wednesday, August 27, 2008

Nada mejor que lo ideal convertido en la realidad que debiera ser. La vida debería ser un ejercicio constante de rectitud, valentía y discernimiento.

Al analizar el espectro total de los conflictos en cualquier sociedad que queramos considerar, podemos hacerlo partiendo de lo macro a lo micro social, o de lo más complejo a lo más simple. Pero para efectos de este análisis la premisa básica es que todo comienza en el individuo ubicado dentro de su ambiente familiar específico influenciado a su vez por su entorno inmediato comunal.

Cualquier cambio estructural, progreso, recesión, negación, componenda, percepciones y actitudes en relación a los valores individuales y familiares afectarán inevitablemente a la comunidad circundante y a todo el entramado social de factores materiales y conceptos espirituales vigentes, generando las correspondientes percepciones y conductas colectivas.

Existe otra innegable premisa. Cada cultura posee su particular matriz que determina la naturaleza y conducta del individuo y su entorno familiar. Lógicamente habrá similitudes entre las diferentes sociedades pero siempre existirá una específica y definida matriz en la sociedad particular en la que nos encontremos inmersos, ya sea por nacimiento y vivencia local por aferramiento natural al terruño o por adopción por razón de migración voluntaria o forzada por circunstancias usualmente económicas y/o políticas.

Estas similitudes lógicamente también deberán ser analizadas con el máximo respeto, sobre todo si decidimos involucrarnos en esfuerzos o proyectos humanitarios ya sea desde el punto de vista meramente social o del de los sectores y organizaciones profundamente comprometidas a desarrollar los más diversos e imaginables esquemas de proselitización, evangelización, educación, protección o ayuda.

Si este es nuestro caso, entonces es imperativo para que nuestras acciones no sean tan solo flor de un día que desfallezca o muera al no contar ya más con nuestra presencia y recursos, es imperativo, repito, y por razón de nuestro aporte, el evitar la imposición de nuestras propias y naturales predisposiciones y prejuicios nacidos en el seno de nuestro particular entorno cultural, social y económico.

La premisa final consecuentemente habrá de ser que todas las similitudes, diferencias, conflictos y retos, solidaridades y apoyos deberán ser mutuamente respetuosos, cediendo tan solo a lo superior a cualquier conglomerado social o conjunto de circunstancias materiales, constituido no por las interpretaciones particulares y con frecuencia intolerantes y restrictivas de los designios de nuestro Creador expresados en la prístina belleza de la naturaleza y nuestros subyacentemente positivos impulsos espirituales, emocionales e intelectuales, tanto en el ámbito individual como en el social y colectivo.

Mi enfoque particular, y no hay razón para negarlo o disfrazarlo, es el cristiano, al que llegué a través de un doloroso peregrinar desde el análisis profesional de los conflictos sociales como miembro de una clase dirigente, hasta el peripatético deambular entre el cúmulo de apremiantes y lacerantes necesidades y carencias de las clases más necesitadas no solo de mi nativo solar sino de todas las sociedades que nos dieron acogida, protección y solaz en las últimas tres décadas.

Pero no se necesita ser cristiano o haber sufrido en carne propia las vicisitudes de la vida. Basta y sobra con tener valores y hombría, generosidad y desapego por las burdas componendas circunstancialmente oportunistas.

En otras palabras, basta y sobra con ser un hombre o una mujer de bien, con los pies bien plantados en la tierra, y la mente y el espíritu más allá de las nubes del horizonte desconcertante de las circunstancias, controlando efectivamente nuestras cambiantes y manipulables emociones, preferencias y prejuicios.

Para ser específico, y siendo nicaragüense por nacimiento, aunque uno expuesto a diferentes costumbres y modos de ser de diferentes y variados conglomerados sociales, trataré de analizar nuestro nativo entorno comenzando por lo que podríamos definir como los deseados y valiosos estándares de comparación necesarios para enfrentar las distorsiones sociales que están afectando a nuestras más jóvenes generaciones presentes.

Me referiré a lo que ha sido y sigue siendo considerada la estructura y conducta de la tradicional familia nicaragüense. El modelo y la conducta que hemos tratado de imprimir en el corazón, la mente y el espíritu de los niños que fueron encomendados a nuestro cuidado y protección en los últimos seis años y en el de los colaboradores que nos acompañaron e hicieron más agradable y provechosa tan especial experiencia.

Nuestro deseo fue el de hacerles sentir que tenían todo el derecho a vivir como nuestros propios hijos y nietos, en un ambiente armonioso de clase media, no por afluencia económica, sino por solidez, amor, cuidado, protección y aceptación respetuosa y mutua.


Ello nada tiene que ver con la abundancia material o las carencias y necesidad insatisfechas.
Los valores y las estructuras fundamentales y sólidas no dependen de o se ven inevitablemente destruidas por estos extremos de la ecuación social o de los conflictos al parecer insolubles de los tiempos presentes.


Lo he dicho y lo he repetido una y otra vez. Puede existir un más sólido fundamento en un humilde hogar, donde el piso de tierra bien apisonado y limpio y los enseres humildes son testigos de un verdadero y floreciente amor, cuidado y protección mutua, que en el ámbito majestuoso de mansiones donde el consumismo, la conveniencia, el apetito desmedido y la ambición impregnan el corazón de sus habitantes, insensibilizan sus espíritus y distorsionan negativamente los mecanismos de sus mentes.

El concepto de familia que recuerdo constantemente con profundo aprecio, nostalgia y sentimiento, es aquella donde los lineamientos de la autoridad y el respeto, la aceptación y comprensión mutuas, y las claramente definidas formas de aceptable comportamiento, eran las reglas fundamentales de la vida. Una familia nuclear en la cual cada quien estaba seguro de contar con los demás para el consejo y el estímulo, la protección y el apoyo.


Donde el trabajo y la fidelidad a la palabra dada o comprometida eran la más cumplida expresión de los sentimientos y creencias personales con una influencia y decisión superior a cualquier imposición social o ley coercitiva.

Donde la mujer era respetuosamente amada y el varón era enseñado a incrustar en sí mismo el concepto integral y el apego total a los preceptos de la responsabilidad, trabajo honesto y concienzudo, provisión y apoyo, y lo afirmo nuevamente, el respeto muto natural y omnipresente

Es en relación a estos parámetros que deberíamos comparar y analizar los conflictos, abusos y fracasos sociales presentes. Es prioritario y fundamental el enfatizar la inevitabilidad y esencialidad de los valores que propiciarán nuestra restauración y desarrollo armónico e integral como individuos, familias, comunidades y sociedades o naciones.

Y ustedes, niñas y mujeres abusadas… tened la seguridad de que tendrán una segunda oportunidad en la vida. PERO… ¡Respétense a ustedes mismas! ¡Aprendan a escoger y no a ser escogidas! ¡No se resignen con lo que ustedes estimen que no es bueno, sino que tan solo lo que está a la mano! ¡No aceptéis que otros se sientan con derecho indebido sobre sus personas y destinos! ¡Rechacen y superen la racionalizada aceptación de contentarse con lo que es inferior a lo legítimamente deseado, simplemente porque es lo único que ofrecen las circunstancias presentes! ¡El abuso tan solo afecta temporalmente a tu íntimo ser, a no ser que ustedes claudiquen en su esfuerzo por superarlo y superarse!

Tuesday, August 26, 2008

La vida debería ser un ejercicio constante de Rectitud, Valentía y Discernimiento


La vida nos observa y nos ofrece su belleza, sus incentivos y sus senderos, obstáculos o trampas evidentes u ocultas. De nosotros depende cómo vivirla. Como testigos o actores. Como abusadores o víctimas. Como controladores de nuestra propia identidad o destino. O como marionetas o veletas que se agitan sin control con los cambios de intensidad o dirección de los vientos…

Recientemente un amigo me envió una serie de mensajes de ánimo, reflexión y en uno de ellos me impactó sobremanera la afirmación siguiente… “Silenciar la verdad es peor que mentir o aceptar o hacer propias las mentiras”

Silenciarla a nosotros mismos o ante las demás personas. Mentir, distorsionar, disfrazar la realidad, o engañarnos a nosotros mismos o a los demás inconscientemente o a propósito. Por conveniencia propia. Para obtener ventajas o posicionarnos en situaciones desprovistas de rectitud, valentía, decoro y discernimiento.

El camino ancho de la complacencia y de las componendas usualmente se ve profusamente transitado por razón de la actitud equivocada que preferencia la tolerancia o el deseo de evitar a toda costa malos entendidos que precipiten el rechazo o la negación de pertenencia al ámbito y grupo social de cualquier naturaleza que sea al que aspiremos o sintamos el deseo de ser aceptados como miembros por derecho propio o conveniencia económica, social, emocional, espiritual, o de cualquier índole que la motivación nuestra sea.

En otras ocasiones, y por evitar las confrontaciones o las circunstancias adversas afirmamos como inevitable y necesario para la convivencia social el evadir enfrentar las injusticias, las discriminaciones, los abusos y las necesidades ajenas, enfilándonos en la marcha grupal de los renuentes a levantar su voz y definir posiciones.

Otras veces proclamamos como inevitable consecuencia la búsqueda y aceptación de soluciones neutrales, cobardes y evasivas, sin comprender que el confrontar las experiencias y aceptar sus consecuencias son el entramado natural del tejido de la vida, las que no deberían ser nunca evadidas u olvidadas para no caer en la humana estupidez de tropezar una y otra vez con las mismas piedras obstaculizantes en nuestro transitar vivencial individual y colectivo.

Pueda ser que “la componenda oportunista o la claudicación cobarde y pesimista” escondidas tras la afirmación claudicante de la necesidad del consenso y la unidad por razón de la convivencia, armonía, aceptación o progreso, sea la alternativa lógica y válida a nuestros ojos, o el lenguaje y la manera habitual de sobrevivir, escalar o asegurar posiciones en los ámbitos sociales en los que nos encontremos inmersos, ya sea por decisión o preferencia personal o por la fuerza de las circunstancias o presiones sociales a las que nos veamos expuestos.

Sin embargo, deberíamos estar siempre conscientes de que a pesar de todos los pretextos, las imposiciones, los silogismos intelectuales, emocionales, espirituales o conveniencieros, nuestra inclaudicable conciencia, aunque muchas veces a toda costa silenciada, continuará hasta el final de nuestros días proclamando que LA VIDA DEBERÍA SER UN EJERCICIO CONSTANTE DE RECTITUD, VALENTÍA Y DISCERNIMIENTO.

Porque sin importar las racionalizaciones, objeciones, claudicaciones, y oportunismos propios, o las vejaciones, abusos, imposiciones y castigos o condenas injustas de los poderosos de este mundo, sin la rectitud interna, inclaudicable, individual, y esperanzadoramente algún día colectiva, no podrá haber ni justicia, ni paz, tranquilidad, seguridad y gozo permanentes.

Porque sin la rectitud individual (integridad, identidad, auto-conocimiento y respeto), no podremos sacar fuerzas de nuestra debilidad o circunstancia personal, para decidir las acciones valientes, corajudas, osadas, determinantes, tras ser tamizadas, balanceadas y estructuradas por el discernimiento espiritual regidor de y en control de nuestro intelecto, emociones y preferencias materiales.

De no hacerlo así, hermanos, amigos, cohabitadores y participantes involuntarios o conscientes de esta presente debacle social que nos abruma, seguiremos girando en una espiral inútil de circunstancias, acciones y reacciones individuales, colectivas, o mutuas.

En estos días mi esposa y yo estamos gozando de la paz del hogar de nuestro hijo mayor, Roberto, en la ciudad de Santa Tecla, El Salvador. La primera vez que la visitamos fue en 1987. Hace unos pocos días la invité a caminar y visitar su parque central y mercado, a como lo hicimos hace 21 años

Nos sorprendimos grandemente al ver muchos de los restaurantes y negocios que conocimos entonces. Los mismos puestos de venta en el mercado, atendidos si por nuevas generaciones, pero con la misma paz y fortaleza que nos llamara la atención hace tantos años.


¡Qué contraste con las miradas duras, vacías, negativamente resignadas, agresivas o indiferentes, de las que he sido testigo en otros lugares y tiempos recientes!



Ello me ha hecho meditar en el por qué y los cómos de las reacciones humanas ante la vida dependiendo de las acciones y reacciones individuales y colectivas en cada ambiente.

Porque la vida es la misma en todas partes. La misma belleza, los mismos incentivos, similares placeres, similares oportunidades y recursos, similares senderos por los que transitar ya sea como actores o testigos, abusadores o víctimas.

De nosotros depende como vivirla, caminar o participar en su vital esencia, que es como un parque donde se entremezclan la belleza de la naturaleza misma y las creaciones del hombre.





Friday, August 15, 2008

Protección versus el abuso… ¡Un dilema para los cristianos!

La necesidad de comprender la problemática que estamos enfrentando y lo que realmente deberíamos estar haciendo.
Recientemente me fue preguntado qué preferiría tener como motivación en mi vida. ¿El Corazón o La Mente de Cristo? El razonamiento detrás de la pregunta era que… si mi corazón estaba inmerso en el de Cristo, lógicamente me involucraría en acciones de misericordia por su amor a los niños oprimidos de este mundo.

Mi respuesta fue que me gustaría tener lo más que pudiera de ambas cosas, Su Corazón y Su Mente, ya que debido a las naturales limitaciones humanas podría fácilmente conformarme con tan solo una porción de alguna de ellas o de ambas dependiendo de las tendencias personales hacia lo emocional o al análisis lógico de las circunstancias propias y de todas las demás personas.

Por lo tanto podríamos sentir o auto convencernos que estaríamos dando lo mejor de nuestros esfuerzos para finalmente tan solo terminar haciendo algo de lo bueno en lugar de todo lo bueno que podríamos o deberíamos hacer.

Es muy fácil confundir los árboles circundantes con la foresta completa, o peor aún perder la visión
del firmamento y las estrellas ocultas por el denso follaje que consume nuestro esfuerzo, en el diario batallar por separar los arbustos y extirpar las malezas en la apertura de caminos que terminan siendo tan solo efímeros senderos que desaparecen y se pierden en la complejidad de los conflictos humanos a los que nos vemos enfrentados.

Peor aún, lo que puede suceder es que al no tener una adecuada comprensión de la problemática social y el entorno histórico y cultural de la sociedad en la que nos hemos involucrado, nos enamoremos de nuestras preferencias o nuestro particular y parcial entendimiento, o el de lo que los que patrocinan nuestros esfuerzos, o de lo que nos da satisfacciones inmediatas aunque no sean en realidad la verdadera o la inclusiva solución, ayuda o protección integral, adecuada a las causas reales de las circunstancias negativas que afligen a los que deseamos proteger, apoyar o aliviar en lo que estimamos es necesario o posible.

Es necesario analizar detenidamente el verdadero e inclusivo concepto del amor. Del amor dado y del amor recibido. Del amor a nosotros mismos y del amor a los que sufren o se encuentran afligidos, desvalidos y sin esperanza alguna más que la de sobrevivir a como dé lugar, aunque sea a costa de la autoestima o mínimo respeto a nosotros mismos.

Es indispensable tener en cuenta que ambos conceptos configuran la esencia misma y la eficacia del amor que daremos y el amor que recibirán aquellos que deseamos proteger aún de ellos mismos.

Cuando una persona, niña o niño, adolescente o adulto recibe amor motivado por, e impregnado del, deseo de fomentar ambas facetas, las circunstancias o las realizaciones, expresiones y obras materiales pierden importancia. Lo que importa es lo que das de tí mismo.

Porque se logra superarlas, optimizarlas o ubicarlas en su debida proporción en relación a su efecto interior, espiritual o emocional, por la creciente fortaleza interior que propiciamos se engendre y fortalezca la rectitud, el gozo y el crecimiento espiritual en aquellos a los que amamos de tal manera.

La más profunda e imperiosa necesidad de todo niño, adolescente y me atrevería a decir de todo adulto es el amar y ser amado en la forma adecuada, correcta y diseñada por el Creador de toda la naturaleza y de la especie humana.

Y esto en ninguna manera es el amor permisivo, institucional, excesivamente tolerante y débil ante las reacciones retorcidas de los que han estado inmersos en el abuso, dado o recibido, sufrido o infligido, al extremo de llegar a considerar una obligación de los demás el subsanar lo que equivocadamente consideran un derecho sin responsabilidad mutua alguna, ni mucho menos aprecio o agradecimiento.

Los enfoques equivocados o extremadamente laxos e inefectivos (aunque plenos de buenas intenciones que los sistemas sociales y desafortunadamente aún algunos supuestamente espiritualmente motivados, aunque sean en realidad esencialmente humanistas) proclaman y se empeñan en desarrollar proyectos sin tomar en cuenta la sabia realidad de lo que el Señor nos presenta y explica en la abundancia de los salmos y proverbios de las sagradas escrituras.

En realidad son muy pocos los que se deciden a exigir y muchos menos los que quieren aceptar la ineludible realidad de lo que el Señor afirma en Proverbios 3: 11 (No rechaces, hijo mío, la corrección del Señor, ni te disgustes por sus reprensiones; porque el Señor corrige a quien él ama, como un padre corrige a su hijo favorito).

Y esto se aplica no tan solo al que recibe sino también al que provee protección, ayuda o consuelo. Porque, debido a la casi infinita capacidad humana de racionalización y justificación extremas, es muy posible que tanto en el extremo receptor como el proveedor en la ecuación de la misericordia y ayuda bien se puedan suscitar reacciones negativas.

Por un lado la ingratitud y la exigencia del que recibe, como también por el otro lado el desarrollo de una potencial arrogancia u orgullo espiritual en el que imparte la misericordia o distribuye la ayuda, al afirmarse en la creencia de que lo que hace (en realidad de acuerdo con sus preferencias o conveniencias personales) es lo que necesita el que recibe la protección o ayuda o lo que el Señor quiere que se imparta o se distribuya.

Esto es lo que en realidad significa la combinación del corazón y de la mente en su acepción más pura. Es lo que El Corazón de Dios controlado por Su Mente (o Sabiduría) nos está diciendo que es la forma en que debemos actuar y el camino por el cual debemos transitar sometidos a sus planes y deseos amorosos, forma y camino que nos benefician a todos, mutuamente, tanto a los que damos como a los que reciben protección, amor y ayuda.

Y lógicamente me seguirán preguntando… ¿Por qué esta insistencia en enfatizar La Mente de Dios en lugar de la emocionante ternura de Su Corazón que derrama misericordia y gracia sobre todos los sufrientes?

Porque somos su IGLESIA (Ecclesia, Los Llamados) y debemos buscar, y proteger, y hacer crecer espiritualmente a aquellos que hoy, abusados, pero por Su Amor redimidos, constituirán las nuevas generaciones de los llamados, escogidos y encomendados la sagrada misión de continuar el relevo de la gracia y la misericordia a través de las generaciones.

Si no lo hacemos, y peor aún si lo hacemos en forma equivocadamente egocéntrica, como individuos y como iglesia nos mantendremos ineficientemente ocupados en tratar de contener la corrupción y perversión que el mundo opresor continuará depositando sobre nuestros hombros cansados, si no es que nos volvemos voluntarios partícipes de este círculo vicioso al hacer de este quehacer nuestro modus vivendi por las satisfacciones materiales o emocionales que nos brinden.

Tengamos siempre presente lo que El Señor nos dice en Job 22: 21-30. “Pongámonos de nuevo en paz con Dios… Dejemos que El nos instruya… Humillémonos ante El y alejemos el mal de nuestra casa… Miremos el oro más precioso como si fuera polvo, como piedras del arroyo… Para que El sea entonces nuestro oro y plata en abundancia… Para que El (no nuestras obras) sean nuestra alegría… Para poder mirarlo con confianza… Para pedirle con la confianza de que nuestra plegaria será escuchada y nuestro pedido satisfecho… Para que el verdadero éxito corone todo lo que por indicación de El emprendamos… Para que Su Luz brille siempre en nuestro camino… Para que El salve al humilde al sacarlo de su precaria situación halándolo y sacándolo del marasmo pantanoso en que se encuentra, por medio de nuestras manos, hoy ya limpias de pecado…

Este es el tiempo de los tiempos. El tiempo de restaurar lo que hemos corrompido. El tiempo de llevar a cabo obras realmente significativas. El tiempo no ya de atesorar sino de dar a manos llenas los lingotes del oro espiritual que El Señor ha depositado en nuestras manos. El tiempo de trascender y superar la mediocridad de nuestros tiempos, que desesperadamente tratará de enrolarnos en sus filas de oportunismo y engaño.

Y si alguna vez nos sentimos cansados, solitarios, deprimidos, abrumados, rechazados, descartados, recordemos con Isaías 40: 31 que… “los que confían en El Señor no permanecerán cansados, sino que recuperarán sus fuerzas, volarán como las águilas, correrán y caminarán sin fatigarse”

Porque todo lo que hagamos no será para satisfacción o provecho del mundo o mucho menos el nuestro, sino hecho por El Señor y para El Señor en las personas de sus hijos desvalidos y sufrientes.

Thursday, August 14, 2008

Reflexiones sobre “El Corazón y La Mente de Dios” aplicadas a circunstancias específicas.

A principios del 2007 meditando sobre como contestar las preguntas que me habían hecho en relación a qué prefería… si El Corazón o La Mente de Dios… escribí algunos comentarios generalizados sobre lo que pensaba al respecto.

En esta ocasión reafirmo el concepto de “comentarios generalizados” porque en ese preciso momento mis parámetros espirituales eran los límites que delimitaban las motivaciones que prevalecían en el ministerio al que dedicaba mis esfuerzos.

Toda mi vida he sido sistemático en el enfoque y ejecución de cada proyecto en que me he visto involucrado. Mi mente y mi espíritu funcionan armónica y conjuntamente en la búsqueda de la expansión natural de los deseados o especificados resultados de las acciones en las que he sido actor ejecutor o participante en los esfuerzos de grupo. Soy un ferviente creyente de que Dios es un Dios de Orden.

Él establece los cursos de acción necesarios para cualquier objetivo ministerial. Y cuando El considera que el reto a enfrentar desborda los enfoques y entendimiento ministeriales previstos como resultado lógico o deseable de las acciones realizadas, El despierta una nostalgia o anhelo y una inquietud por ir más allá de lo ya familiar aunque ello signifique dejar todo atrás para aventurarse en otras desconocidas o diferentes circunstancias.

Él usualmente utiliza misteriosas (para nuestro humano entendimiento) cuando desea ampliar la tienda que cobija al servidor que tiene en mente. Si El visualiza otras maneras de expandir los horizontes en una forma diferente de manera que sea total o más integral la comprensión del espectro total de las necesidades de la sociedad en la que ha colocado a su servidor, El despertará anhelos inesperados, realizaciones de que todavía hay cosas diferentes o mayores por hacer, y creciente destabilización en relación a lo ya conocido y confortable, a fin de hacerlo tomar la decisión voluntariamente o por la fuerza para partir y transitar por senderos de pensamientos, acciones y decisiones diferentes.

Ya por más de 2 años había estado meditando sobre el por qué la conflictiva situación de las niñas y adolescentes femeninas en mi país estaba teniendo más y más mayor importancia en mi pensamiento y espíritu, ya que en el ministerio también teníamos varones adolescentes a los que tratábamos de encauzar en su crecimiento material y espiritual, así como la incentivación a aprovechar la oportunidad de educarse que se les brindaba a fin de que al llegar a adultos se convirtieran en los hombres y mujeres que nuestra sociedad requiere.

Pero una y otra vez, los que me rodeaban expresaban que mis consejos eran más apasionados cuando enfatizaba a las niñas adolescentes la necesidad de incrementar su auto estima y auto determinación para poder escoger y no tan solo conformarse con ser escogidas o aceptar lo deplorable y deficiente que encontraran a su paso.

Y ello a pesar de que, con lo que yo estimaba era la voz de la experiencia por haber educado a mis 4 hijos varones en una masculinidad responsable, insistía en enfatizarles a los varones la necesidad de ser responsables, trabajadores y respetuosos, de manera que en el futuro pudieran llegar a ser los líderes espirituales, proveedores materiales y protectores inclaudicables de lo que El Señor quiere que sea la base indispensable no tan solo de las escogidas familias cristianas sino que de toda familia en cualquier nivel del espectro social en que ellos tengan que desenvolverse.

Probablemente, y en una forma muy subliminal estaba analizando el espectro social particular de mi nación. No sé a carta cabal si por efectos del entrenamiento recibido en mi adultez temprana, o por estímulo espiritual de manera que pudiera llegar a estar listo a enfrentar, por el momento presente estos pensamientos y comentarios sobre potenciales soluciones más adecuadas e inclusivas, y quién sabe en qué forma personal y participativa en el futuro todavía imprevisible.

En mi próximos comentarios en el blog, y después de traducir al español mis comentarios pasados sobre estos dos conceptos de “corazón y mente”, me referiré a lo que en el momento presente creo que es el enfoque más integral e inclusivo para enfrentar la problemática social y espiritual de nuestras jóvenes mujeres, para luego enfocar la correspondientes soluciones a los problemas de identificación y participación social de nuestros jóvenes varones en el engranaje productivo de nuestra sociedad, en vista de su horrenda situación espiritual y emocional que requiere acciones drásticas de dirección, orientación, disciplina y guía.

Pero primero que nada, para dejar bien sentados los acertados fundamentos de mis comentarios y propuestas, basados en mis pasadas y presentes experiencias, y con la más consciente y real humildad, que gracias a Dios me fuera mostrado como no confundirla con las falsas negaciones o actitudes submisivas o serviles, y para reforzar la validez de mis motivaciones, me referiré a algunas básicas interioridades de mi vida personal que han llegado a ser las principales características de mi personalidad como un consistente, aguantador, y no dado a componendas servidor del Señor.

En los tiempos primeros de mi cristiano caminar, mientras, allá por los años ochenta, me encontraba recibiendo el entrenamiento misionero en Arkansas, debido a algunos líderes de grupo pequeño radicales, extremistas o de un estrecho entendimiento de las conductas espirituales, me vi envuelto en un gran conflicto emocional al serme repetidamente exigido un rechazo a mi educación y vivencias anteriores, así como la sumisión incondicional a cualquier líder espiritual que me fuera designado.

Hubo momentos en los que hasta llegué a considerar el alejarme de todo el ambiente cristiano que me rodeaba y volver a mis creencias y actitudes anteriores, porque no podía reconciliarme con la idea que El Señor se hubiera equivocado al facilitarme una educación esmerada y especializada, así como al dotarme de inteligencia y decisión para enfrentar las más difíciles situaciones aún a riesgo de mi propia vida.

Por un tiempo indefinido y lacerante, aún llegué a pedirle al Señor que me convirtiera en un tonto y un estúpido si eso era necesario para adaptarme a lo que estaba comenzando a comprender que era un estilo de vida más válido que aquel en el que había vivido ya durante los primeros 45 años de vivencias, a pesar de las numerosas satisfacciones personales y emocionales que había acumulado a través de mi paso por innumerables circunstancias buenas, malas y peores, que cualquier hombre de la calle pudiera imaginarse.

Gracias a Dios un experimentado y calificado maestro y consejero espiritual llegó a la escuela de entrenamiento misionero. Doug Easterday, uno de los principales maestros internacionales de JUVENTUD CON UNA MISION (YWAM).

Gracias a Dios nuevamente. cuando le expuse mi conflicto espiritual y emocional, él firmemente me dijo que El Señor nunca se equivoca y que El otorga dones específicos y especiales a aquellos para los cuales tiene planes ulteriores de ponerlos a su servicio, y que lo único que yo tenía que hacer era someterlos a Él, soportando pacientemente el venidero y perenne “Fuego Refinador” que El colocaría amorosamente en mi camino, como única forma de llegar a ser Su servidor, Su profeta, Su testigo, Su servidor irreductible, y el puente que uniría los ambientes espirituales y materiales en los que me colocaría, para que otros caminaran sobre mí, como puente, para cruzar de unas riberas a las otras del mundo espiritual de Su Reino en esta tierra.

También me dijo que debería con humildad verdadera aceptar las razones por las cuales El me había hecho transitar por senderos tan diferentes acumulando tantas y peculiares experiencias, de manera que pudiera ayudar, aunque incomprendido a veces, a aquellos que no pudieran, aún con su mejor intención y decisión, comprender los escenarios mayores de su plan maestro para el enfrentamiento de las fuerzas espirituales, las de El y las malignas, en este complejo y tan rápidamente cambiante mundo moderno.

Desde entonces, en muchos lugares, en diferentes iglesias y congregaciones, mi esposa y yo hemos recibido muchas profecías sobre nuestro futura vida como misioneros servidores. Desde entonces y en el siguiente orden… Habacuc 1: 1-4 (Diálogo entre el profeta y El Señor); Habacuc 2: 1-4 (Respuesta final de Dios y misión encomendada al profeta); e Isaías 32: 1-8 (El Reino de Justicia que El Señor visualiza para su pueblo) así como Isaías 32: 15-20 (el resultado vivencial de los deseos del Señor para su pueblo).

Estos profetas han sido una parte vital de mi existencia. Primeramente en forma subliminal y desconocida, en los tiempos de mi vida profesional en los escenarios mundanos que me brindó tantas satisfacciones emocionales que me llevaron a autosuficientemente a pensar y proclamar que el mundo pertenecía a los fuertes, los osados y valientes.

En esos tiempos desconocía que esos precisos adjetivos y calificaciones eran también requeridas en el ambiente cristiano, pero una fortaleza y una valentía basadas no en nuestro humana voluntad y entendimiento sino que en nuestro reconocimiento de nuestra debilidad personal y voluntad sometida al Señor, que los transformaría en la fortaleza y valentía requeridas para ir como sus mensajeros de Sus Buenas Nuevas, recorriendo colinas, valles y llanuras, pantanos y forestas, compartiendo a veces tiempo y esfuerzos con los que realmente se sirven a sí mismos mientras piensan y afirman que sirven al Señor.

En mi juventud y adultez temprana mis compañeros y superiores solían apodarme “el cerebrito” por razón de lo que ellos y yo mismo consideraban una peculiar característica de mi personalidad y ancestro. También solían identificarme como “el inadaptado o arrechazo” porque nunca me doblegaba ante los incentivos materiales o sociales, los sobornos o manipulaciones financieras, reconocimientos adulantes o conductas oportunistas.

Aún mi siempre recordado Presidente, en cuyos círculos más cercanos me movía por razones de servicio, repetidas veces me preguntó “cuál era mi precio” ya que decía que no acertaba a definirme, hasta el punto que una vez, en presencia de muchos me dijo que me designaría como uno de sus ayudantes personales para tenerme cerca, lo que rechacé diciéndole que no podría adaptarme a la idea de convertirme en un sirviente personal.

Nunca me imaginé, en esos tiempos, que llegaría a encontrar tanto gozo y satisfacción al convertirme en un servidor, no un sirviente, pero esta vez de El Señor. “Señor es el más grande concepto y entendimiento que tengo sobre El.

El es Dios y Salvador, pero más que eso… UN SEÑOR Y UN AMIGO. Y sobre todo lo demás, la sublime combinación de estas 4 divinas características… ¡DIOS! ¡SALVADOR! ¡SEÑOR! y ¡AMIGO! ¿Que más podría desear un ser humano?

Tan solo por medio de la sumisión y la irreductible persistencia puede uno convertirse en su instrumento y mostrar el camino a otros. No para convertirse en líder, ni jefe, ni dueño, ni empleado, ni representante de sus humanos, aunque bien intencionados planificados proyectos, ni promotor de sus reinitos humanos construidos bajo la falsa presunción de estar sirviendo desinteresadamente a otros en representación del Señor.

En este espíritu de rectitud espiritual, después de traducir los comentarios que he prometido, continuaré exponiendo mi comprensión de las formas más integrales de sanación y restauración de los conflictos materiales o físico, pero más que eso, la sanación y restauración de las lastimadas y distorsionadas vidas de las generaciones más jóvenes que la nuestra, tanto en nuestro país como en cualquiera otro, ya que el daño espiritual y la malignidad están influyendo descaradamente todos los ámbitos sociales hoy en día.

Tuesday, July 29, 2008

Para distinguir lo irreal o lo distorsionado hay que comprender primero lo real y lo correcto.

Mis subsiguientes comentarios deberían por lógica enfocarse en la contraparte biológica de las niñas y mujeres (los jóvenes y los adultos), pero esto será el objeto de los que sigan a los comentarios presentes por varias y muy buenas razones.

En los años sesenta mientras estudiaba finanzas en Los Estados Unidos los estudiantes latinoamericanos nos vimos confrontados con muchos esquemas falsos, distorsionados, aún podríamos decir que maquiavélicos, entre ellos las tendencias falsificadoras de las monedas de intercambio internacional.

Ante la variedad innumerable de tales falsificaciones nos fue recalcado que la más rápida y fácil forma de no dejarse atrapar en los sofisticados laberintos era el establecer los parámetros analíticos correspondientes basados en lo que sabíamos bien era lo verdadero a fin de establecer la corrección adecuada o deseable que permitiera alcanzar los objetivos nacionales.

No todo mundo puede, en ninguna sociedad, escalar la estructura social y llegar a pertenecer a la exclusiva clase privilegiada social o financiera. Tampoco es deseable el forzar un estúpido igualamiento al nivel de las clases menos favorecidas o incapaces de superarse a sí mismas por decisión o auto convencimiento, tan solo por la irracional obsesión de imponer una distribución de las riquezas aún a costa de la bancarrota moral, social o económica.

El desarrollo integral de las naciones basan su progreso en la existencia y accionar de una vigorosa clase media que no dependa de los extremos radicales de lo que se suele llamar las derechas (o capitalismo a ultranza) o izquierdas (socialismos o revolucionalismos demagógicamente populistas)

En mi caso particular crecí en una familia de clase media común y corriente en donde la educación, los valores morales, la integridad (la palabra dada más valiosa y firme que cualquier leguleyada o coerción impuesta por sistemas judiciales la mayoría de las veces prejuiciados y corruptos.

Nosotros, como individuos y familia, hemos enfrentado toda clase de circunstancias temporales, a como la popular canción pregona poderosamente… That´s Life! ¡Así es la Vida!

Hemos estado en las cumbres así como en los abismos, hemos formado parte de círculos sociales y nos hemos visto excluidos o exiliados por los avatares políticos, hemos sido pontífices, piratas, poetas, payasos (a los ojos de los que nos adversaban pero no de los que nos conocían y apreciaban) pero siempre nos hemos recuperado de las vicisitudes y continuado participando optimistas en la maratón de la vida.

Y lo hemos podido hacer por haber sido educados verticalmente opuestos a cualquier componenda o injusticia, distorsión, ambición inaceptable o desmedida, y por haber sido impregnados desde nuestra niñez por la convicción de mantenernos firmes sin importar las circunstancias por desfavorables o atractivamente engañosas que fueran.

Y así podríamos seguir llenando líneas y párrafos sin cuenta, pero preferimos presentar nuestras vivencias en la forma visual en que las hemos plasmado para heredarlas a nuestras descendencias.

Hoy nos encontramos en nuestra tercera edad gozando plácidamente del amor y la atención de nuestras nueras y nietos, con la tranquila consciencia de que ha llegado el tiempo de ver los frutos de los valores y principios de vida que pacientemente inculcáramos a nuestros hijos.

Esto es lo que deseamos de todo corazón para todos esos niños y generaciones presentes. El poder vivir y progresar a través de la dedicación y trabajo concienzudo y consciente, sin ninguna injustificada agresividad o resentimiento social basado en manipulados derechos por la falta de las correspondientes responsabilidades mutuas, sino más bien basándonos en los sólidos fundamentos morales, espirituales, mentales y emocionales, que desgraciadamente hoy en día están casi totalmente ausentes.

Esta es la única forma de gozar y recoger los frutos de la cosecha cuyas semillas plantamos cuidadosa y pacientemente a lo largo de 46 años de vivencias.


Necesidades y dificultades se encuentra a cada paso por doquiera,
pero ello no es pretexto o justificación para las confrontaciones intolerantes y violentas
en que nos involucran a propósito los sectores interesados tan solo en preservar sus privilegios.

Cualquiera de nosotros puede encontrar gozo y esparcimiento en cualquier circunstancia,
aunque formemos parte de las clases menos favorecidas
siempre que seamos capaces de danzar sobre las piedras de los obstáculos
mientras las olas cubren y refrescan nuestros pies descalzos.


Podemos y debemos gozar de las bendiciones y recursos que nos han sido entregados a cambio de nuestros decididos esfuerzos, sin menospreciar a los menos favorecidos, sino más bien anuentes a compartirlos de manera que ellos puedan aspirar a llegar algún día a ser parte de nuestra clase media.



Pero, y esto sí que es un grande e imprescindible pero…
Sin llegar al extremo de desechar por las alcantarillas del oportunismo y la decadencia moral nuestra auto estima y respeto y lo que íntimamente sabemos es lo correcto
tan solo por gozar de una libertad sin frenos
en la satisfacción física de nuestros apetitos y carencias.

Todos tenemos el derecho a gozar de las bienandanzas de la vida pero eso sí, sin desvalorizarnos a través de actitudes, costumbres o sometimiento a tendencias degradantes


Nota: para ver otros videos y fotos chequeen la versión en Inglés de este blog

Friday, July 25, 2008

Las niñas-madres: un drama nacional. ¡El ciclo interminable de la irresponsabilidad familiar y la repetitiva potencialidad del abuso! Entrega No. 2

En la anterior a esta publicación en mi blog en español hice una referencia a la problemática de los crecientemente incrementados embarazos así como a las también crecientes violaciones de niñas y niños a edades cada vez más tempranas. En dicha entrega incluí el párrafo siguiente traído nuevamente a colación como base para los presentes comentarios.

“Esta completa ausencia de autoestima y respeto ha penetrado profundamente casi todos los estratos de las clases sociales populares y medias. Las mujeres se resignan al papel de víctimas cuando no, infortunadamente, se callan y aún mucho peor propician el abuso de sus hijos con tal de no perder el apoyo supuesto de sus compañeros de vida, en lo que no es más que una malamente disimulada manipulación emocional porque ni a suficientemente económica llega”

Al final de estos comentarios incluyo algunos extractos de datos estadísticos impresos en forma recurrente en un período de 2 años, de Julio del 2006 a Julio del 2008

Estos extractos incluyen algunas significativas afirmaciones que al mismo tiempo que sacan a la luz pública el grave problema social también presentan algunas posibles soluciones. Ellas incrementan el nivel de concientización al mismo tiempo, aunque en forma muy general y ambigua, insinúan la implementación de los cambios necesarios. También nos muestran las actitudes evasivas de los que transfieren la culpa y la responsabilidad a los gobiernos e instituciones cuando ella se origina y pertenece por causa propia a los individuos y familias en primer lugar.

La inmensa mayoría de las personas bien intencionadas tratan de aliviar los síntomas en lugar de dedicar el tiempo necesario para analizar con el debido discernimiento las reales aunque subyacentes causas de la explosión de las enfermedades y distorsiones sociales. Se exponen los problemas en forma generalizada y se desparraman los esfuerzos de igual manera, aunque con determinados énfasis en las áreas de la preferencia personal o institucional, con la esperanza de coadyuvar aunque sea en una forma limitada al esfuerzo general que requiere la solución de las complejas problemáticas sociales.

Las preponderantes en nuestro caso son las víctimas omnipresentes en este total deterioro social. Las niñas y adolescentes… que en forma incesantemente creciente se convierten en víctimas de los predadores y abusadores. Y en una muy significativa proporción debido a la prevalente ausencia del más mínimo nivel de auto estima y auto respeto personal.

Si con el adecuado discernimiento enfocáramos nuestros esfuerzos en promover en forma efectiva esta auto estima ellas con mayores posibilidades de éxito podrían resistir los avances masculinos, de jóvenes y adultos de todas las edades, quienes por medio de la presión de grupo y de distorsiones emocionales equivocadamente consideradas como modernas y normales, devoran las inocencias en forma inmisericorde, al incitarlas a sumergirse en el embrollo de la estúpida competencia por la atención del sexo opuesto y del conglomerado total materialística, inconsciente y absorbentemente consumista.

Si resueltamente y especificadamente las ayudáramos a comprender que pueden rechazar todas las insinuaciones, subliminales o flagrantes, que tratan de confundirlas convirtiendo en aceptable el erróneo y aberrante entendimiento que por medio de la entrega convenienciera de sus cuerpos pueden fácilmente obtener lo que no tienen y que les es presentado, con el concurso de la publicidad incesante, como la inevitable y necesaria parafernalia que asegure su inclusión y aceptación en los círculos sociales de aquellos que no son menos inseguros e inestables que las inocentes víctimas de sus corruptores esfuerzos.

Entonces, si verdaderamente nos convertiríamos en los eficaces francotiradores del Señor, enfocados en los verdaderos blancos humanos necesitados de redención y guía, maximizando los esfuerzos a fin de obtener un espiralmente éxito espiritual, emocional y socialmente verdadero y práctico. Y todo ello con un enfoque a largo plazo, teniendo en mente que no todos que tratemos de ayudar considerándolos como si fueran nuestros en el contexto de una familia espiritualmente adoptada, tendrán el éxito que les ofrecemos como un objetivo posible, pero que más temprano que tarde, tras recaer en sus acciones equivocadas anteriores, reconocerán que recibieron la mejor orientación y protección posibles, lo que les permitirá una segunda oportunidad para reencauzar sus vidas condenadas a la opresión, al abuso y al fracaso social.

Con sabiduría, dedicación, sacrificio de ventajas materiales y reconocimiento como los apropiados intermediarios, renuncia voluntaria a las naturales satisfacciones y preferencias personales, deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en las víctimas verdaderas, las niñas y las adolescentes. Al mismo tiempo en forma incluyente y conjuntamente deberíamos enfocarnos en las mujeres adultas que renunciaron a su biológica, emocional y espiritual responsabilidad de proteger a sus hijos e hijas, enseñándoles a absorber y hacer propios los conceptos reales de la auto estima y auto respeto a cualquier precio.
En este aspecto es de reconocer, y en ello personalmente me incluyo, que por la ingente magnitud del problema y de reto social que ello representa, normalmente nos dedicamos a uno u otro sector, separadamente, sin realizar que en medio de la descomposición social prevalente, siempre existirá el lazo indestructible de la relación materna, que tendrá tarde que temprano hacer valer sus derechos y reconocer sus responsabilidades, a como siempre lo han hecho en la estructura tradicional de nuestras sociedades a través del tiempo y a pesar de todas las distorsiones modernas.

Esta concatenación de esfuerzos en forma equilibrada y eficiente a continuación nos permitiría enfocarnos en los abusadores, comenzando por los más jóvenes, al mismo tiempo que en forma especial dediquemos esfuerzos fundamentales a proteger y orientar a los niños y niñas más jóvenes, que son el verdadero corazón de las generaciones futuras y el progreso o fracaso como naciones o conglomerados sociales.

Porque no debemos perder de vista, que desde la pre-adolescencia a la adultez presente las cicatrices emocionales no se desvanecerán y que siempre habrá un potencial regreso a actitudes y formas de pensamiento y conducta anteriores, por más que se quiera romper las ataduras y dependencias a través del esfuerzo por cambiar las circunstancias en las que los encontramos al aceptarlos como objetivos de nuestra dedicación y apoyo.

Porque es inevitable, y en esto quiero hacer el mayor énfasis posible, para poder obtener un éxito verdadero, el adentrarnos en y lograr un entendimiento real y profundo de la verdadera naturaleza y motivaciones de la sociedad a la cual tratamos de ayudar con nuestros esfuerzos.

Las enfermedades y distorsiones sociales presentes no son simples y fáciles de comprender. El ataque más destructivo por lo subliminal de nuestros enemigos espirituales es el atraernos a lo que más nos atrae material o emocionalmente, haciéndonos perder tiempo y esfuerzos, o el de hacer que nos sumerjamos en toda la parafernalia material que llegamos a considerar como los signos y elementos indispensables para llevar a cabo nuestros humanos esfuerzos.

Este será el objetivo primordial de todos estos comentarios. El enfoque metódico de cada aspecto y concepto significativo que pueda haber sido distorsionado, desviado de su correcta exposición y desarrollo, eliminado o borrado de nuestra comprensión, a través de todos los tipos de encubrimiento y representación equívoca o equivocada que a diario observamos en todos los estratos sociales.

Pero ahora, y para no perdernos en la espesura del bosque, concentrémonos en lo más aberrante que ha bloqueado el correcto desarrollo de nuestras generaciones presentes. Concentrémonos en las personas y tendencias sociales, originadoras de los actuales conflictos sociales. Analicemos lo que otros actores en este esfuerzo social han manifestado abiertamente.


EL NUEVO DIARIO. Managua, Nicaragua, Lunes 31 de Julio del 2006, Edición No. 9325
5 mil bebés con mamás entre los 10 y 14 años. Las niñas-madres: un drama nacional

* Nicaragua puntea en Centroamérica y presenta uno de los índices más altos de Latinoamérica.

* Más del 30 por ciento de bebés tienen una madre adolescente que por lo general terminó con su adolescencia y vida académica

* ”Claro, me afecta todos los planes que inicialmente me había trazado en la vida, pero ahora no puedo ver atrás, tengo que salir adelante junto a mi niña”, dijo Grethel

Grethel Elieth Osejo se levanta a las 4:30 de la mañana, pero no se baña a esa hora ni piensa en la falda plisada azul y en su camisa favorita de dacrón, ni siquiera es el despertador de “Winnie Phoo” el que interrumpe sus sueños ahora, sino el llanto de un bebé de seis meses de nacido, urgido por pegársele a sus pechos.

A sus 16 años, Grethel debería estar terminando la escuela secundaria, pero no. Los binomios cuadrados perfectos, la trigonometría y la fórmula E=mc2 de Einstein debe hacerla a un lado y concentrarse en la fórmula perfecta para hacerle a su bebé un biberón de 4 onzas.

“Claro, afecta todos los planes que inicialmente me había trazado en la vida, pero ahora no puedo ver atrás, tengo que salir adelante junto a mi niña”, afirmó.


5 mil bebés con niñas-madres: Estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa) confirman que Nicaragua es el país de Centroamérica con la mayor cantidad de madres adolescentes en los últimos cinco años.

El número de niñas de entre 10 y 14 años, embarazadas, aumenta cada año. Sólo en el primer semestre de este año, el bebé de Grethel es parte de más de 5 mil niños nacidos con una madre adolescente.El Minsa tiene registros de estos casos desde 2000. Ese año la cantidad de partos registrados fue de 126,873; de ellos 39,080 pertenecieron al grupo de adolescentes, un poco más del 30.8 por ciento.


Alta tasa de fecundidad: “Estamos claros de que nos ubicamos como el país de más alta tasa de fecundidad en adolescentes… los embarazos tempranos interrumpen el desarrollo normal de las niñas, “socialmente pasan a vivir una vida de adultas para la cual no están preparadas, abandonando su formación académica.

Nicaragua tiene una población de cinco millones y medio de habitantes, de los que cerca del 26 por ciento son menores de 10 a 19 años. La tasa de fecundidad entre las adolescentes de 15 a 19 años es de 139 por cada 1,000 mujeres, y el 34.9 por ciento de estas menores ya han mantenido relaciones sexuales. Esta tasa es mayor en el área rural, donde hay menos acceso a la información sobre salud sexual y reproductiva, y, además se suelen casar a edades más tempranas.


El caso de las no reportadas: Y aunque el Minsa no lo reconoce, algunos ONG estiman que de cada cuatro adolescentes embarazadas que son atendidas en las unidades públicas de salud, una lo es en su casa o en clínicas privadas, por lo que las estadísticas de madres adolescentes podría superar el 40 por ciento.

Los especialistas del Minsa consideran a las embarazadas adolescentes como de alto riesgo, porque debido a su edad no están preparadas ni física ni psicológicamente para ser madres. Así, las complicaciones durante el embarazo y el parto constituyen la primera causa de muerte entre las adolescentes, sobre todo en las niñas de entre 10 y 15 años.


Causas de deserción escolar: Aunque el Minsa no lo reconoce, ONG estiman que de cada cuatro adolescentes embarazadas atendidas en las unidades públicas de salud, una lo es en su casa o en clínicas privadas, por lo que las estadísticas de madres adolescentes podrían superar el 40 por ciento.

Estudios independientes estiman que el 30 por ciento de la deserción escolar en adolescentes se debe a los embarazos. Este dato no fue confirmado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, MECD. Solicitamos una entrevista a la encargada de divulgación y prensa de la institución, sin embargo, no respondió positivamente a nuestra solicitud.

Comentarios de nuestros lectores
Josefa:
Lamentablemente este problema es ocasionado por la falta de educación, asi como el alto nivel de machismo reportado por la sociedad en la que vivimos. Creo que debería existir algún ente encargado de revisar este drama que vive nuestra niñez, que involucre tanto al gobiernos y las distintas instituciones que se desprenden de él como a la sociedad en general quienes somos los mayores afectados con esta problemática

maryuneri: Ustedes hablan del problema de niñas madres, pero olvidan los hombres que contribuyeron a esa catástrofe humana, y cuando digo eso, me refiero al infierno de vida que van vivir la madre adolecente y su bebé, la miseria que les empeora en el futuro, en un situación económica que vive nuestro país, donde estas esos hombres que destruyen la vida de esas adolecentes? quiénes son? cuál es su responsabilidad? Imagino que una niña de 10 años, salir embarazada es frecuentemente producto de violación que quedan impune, ya sea de la parte de su propia familia o de un vecino etc.