Tuesday, October 19, 2010

LOS PENSAMIENTOS, LAS FLORES Y LOS AMIGOS, SON LOS INVALUABLES REGALOS DE DIOS.

Hace ya algún tiempo, y es increíble cuán rápido pasa este tiempo, nos preparábamos para regresar a Guatemala, este país que ha sido como nuestro verdadero hogar, reposo y rehabilitación de nuestras truncadas esperanzas por ver un mundo mejor para cada uno de los que nos han rodeado de tiempo en tiempo.

Regresamos de nuestro país natal, después de seis años de experimentar y compartir, como si fueran nuestras, las penas y dolores que los niños sufren cuando son abusados y abandonados, y además de todo ello, sujetos a lo que bien intencionadas personas, pero con diferentes perspectivas y culturas, piensan que es lo mejor para ellos.

Estos años fueron una bien ganada y asimilada lección, al ver que lo más que pudimos hacer fue ofrecer a estos niños un corto período en sus vidas, de amor recibido, protección dada, y verdadera preocupación por su bienestar tanto espiritual como físico.

Algunas veces me pregunto si no hacemos más daño que bien al permitirles, temporalmente, a estos niños lastimados por la vida, el saborear algo bueno, o mejor, de lo que ya han tenido, cuando los cambios de perspectivas, influenciadas por otras culturas, ambientes vivenciales y creencias sobre lo que queremos ofrecer, como muestras de caridad o compasión, dominan la escena y hacen que las cosas cambien, aunque a lo mejor no sea para ser mejores para ellos.


Y sigo preguntándome si estos niños, ya de adultos, no se convertirán en personas más endurecidas y desconfiadas, con esa mirada cristalizada, de resignación, que con tanta frecuencia veo cuando abordo los buses en que se transportan nuestras afligidas, y abotagadas por el desaliento, clases sociales menos favorecidas

Algo que indudablemente nubla el reconocimiento y juicio de aun los más bien intencionados, incluyendo a los cristianos es el ver las cosas desde nuestras perspectivas personales, en lugar de ubicarnos en la mente y las emociones de las personas que deseamos ayudar en una forma tal que nuestros esfuerzos se incorporen indeleblemente en sus espíritus y puedan, realmente, cambiar y mejorar sus existencias.

Es muy fácil y atractivo el dar de lo que nos abunda, especialmente si pedimos a otros que donen a través nuestro, y en esta forma aparecer como los grandes de la misericordia. Es una posición laudable, esa de ser los intermediarios en la transferencia de la generosidad y la compasión, sin duda alguna.

Pero lo que es realmente indispensable es nuestro compromiso total y comprensivo a fin de llevar los esfuerzos hasta el final, no tan solo temporalmente o fijando rangos de tiempo, que son significativos tan solo para nosotros.

Indudablemente habrá niños, y aún adultos, que nos analizarán y encontrarán la manera de agradarnos, a propósito, para poder beneficiarse tanto como puedan de lo que podemos ofrecerles.

Pero aún cuando tan solo logremos cambiar un alma, una persona, un niño, un abusado, un abandonado, y ponerlo en el camino recto de la vida, vivida a como debiera ser vivida, todos los esfuerzos serían bien empleados.

Pero para poder hacer posible que ellos sean en el futuro individuos positivos y comprometidos con su propio bienestar y mejoramiento personal, la cadena de apoyos debe ser consistente y ser llevada a cabo con la misma voluntad y compromiso por todos y cada uno de los que aceptaron ser los eslabones de la misma.

Es necesario que exista el máximo nivel de compromiso espiritual, sin intereses personales o conveniencias, sobre todo en los que reciben emolumentos por los servicios prestados.

Bien sabido es que ninguna cadena es más fuerte que su eslabón más débil, y si un eslabón es añadido a la cadena de fuertes eslabones iniciales, o si la motivación del mismo está influenciada por sus personales simpatías o animosidades, entonces, la persona responsable por el subsiguiente debilitamiento o modificación de los esfuerzos, se encontrará con fracasos innecesarios, sin importar el volumen de auto justificaciones que puedan ser invocadas.

Es entonces cuando deberíamos orar pidiendo la divina orientación y guía, porque puede ser muy fácil el perturbar el proceso de sanación ya existente, sumergiendo a los que tratamos de ayudar en situaciones peores a las que los afectaban cuando llegaron a nuestras puertas.

Puede alegarse que esto es una circunstancia inevitable pero el Señor conoce lo que realmente ha sucedido y qué responsabilidad tienen todos y cada uno de los involucrados en este fallido proceso, la cual llevarán infortunadamente como carga permanente sobre sus hombros.

Aquellos que actuaron correctamente pueden descansar seguros de que sus esfuerzos se convertirán en una avalancha de acciones decisivas en la vida de los que hemos ayudado, tan solo modificadas por sus propias decisiones. Los que no, algún día, tarde o temprano, tendrán que enfrentarse al juicio personal y colectivo de sus decisiones.

Afortunadamente, cada uno de nosotros, además de nuestra carga de éxitos y fracasos, encontramos solaz en nuestros pensamientos, nos relajamos al contemplar las bellísimas flores que surgen aún en medio de las pilas de desperdicios, y nos confortamos con la seguridad y estabilidad, instilada en nuestras debilidades, dudas e infortunios, que nos brindan esos amigos especiales, como Ivonne y Richard, entre los que tienen un lugar especial en nuestros corazones.

Ivonne, ya partió, recientemente, a descansar en los amorosos brazos de nuestro Creador, pero dejó un legado de rectitud, generosidad, amorosa aceptación de nuestras debilidades, apreciación animante de nuestras mejores características, que la convierten en una presencia viviente para todos los que tuvimos la fortuna de conocerla y disfrutar de su amistad tan hermosa.

Este legado, y esta presencia, estoy seguro que nos acompañará hasta que nos llegue el turno de partir en ese viaje sin regreso.

A ambos dos, a ella, Ivonne, y a él, Richard, quiero dedicarles los subsiguientes pensamientos, comentarios, videos, en humilde reconocimiento de ser ellos los más fuertes eslabones en cada cadena de sentimientos y acciones de los que formaron parte, y de las cuales fuimos tantos los afortunados al poder compartirlas sin reserva alguna.

A ellos, porque tan adecuadamente les aplica lo que Isaías 52:7 nos dice sobre “cuan reconfortantes sobre las montañas son los pies de aquellos que nos traen buenas nuevas, que anuncian paz, y nos brindan las buenas nuevas de que la sinceridad y la felicidad todavía son posibles” en esta tierra, en este tiempo y a pesar de cualquier negativa circunstancia.

Porque buenas nuevas, ya lo creo, son la certeza de que existen amigos como ellos, que nos brindan paz y felicidad a todos aquellos, que como nosotros, fuimos y somos afortunados al compartir su amistad sincera.


HOMENAJE A LA AMISTAD.

En la vida existen cambios transcendentes, que marcan las etapas de nuestra existencia en esta tierra.

Puede ser un cambio de fortuna o de estatus social, un cambio de ambiente, voluntario o forzado, cambios de visiones sobre como vivirla, alternativas diferentes, forzosas o buscadas.

Tantas cosas! Tantas incidencias, que van marcando nuestras emociones y espíritus!

La sabiduría y la experiencia no son los instrumentos para acumular posesiones a costa de la paz interna, propia y de los nuestros, sino que son el resultado de nuestra adaptación y aceptación positiva de lo que nos ha venido saliendo al paso.

Una premisa fundamental es el reconocimiento del hecho de que habiendo sido dotados de libre voluntad o albedrío, nuestras decisiones ineludiblemente traerán lógicas consecuencias.

Consecuencias a veces merecidas, a veces injustas, pero no por ello capaces, si no lo permitimos, de destruirnos o conducirnos a un suicidio espiritual, que es el peor de todos.

Dios, en su bondad infinita, siempre está dispuesto a darnos lo que necesitamos para caminar por la vida recogiendo lo bueno que ella brinda, aprendiendo de los reveses que puedan confrontarnos, y para apartarnos de lo que es negativo o nocivo.

Por ello es que es posible que transitemos a través de las diferentes etapas de nuestra vida, haciendo, si nos encontramos dispuestos, todo lo posible para cambiar nuestro entorno, uno a uno, no en medio de multitudes, que la mayoría de las veces se pierden en el anonimato de las masas para sacar a relucir todo lo torcido y maligno de la personalidad humana.

Yo ya llegué a los 73 años de una vida, si no abundante en bienes materiales, que bien que los tuve en ciertos años, eso sí plena de experiencias y vivencias y compartimiento con toda clase de personas de toda clase de niveles sociales.

Todavía gozo de la felicidad de seguir acompañado de mi esposa, a diferencias tuya que ya la viste partir hacia su descanso eterno. No sé si seré yo el primero o ella me precederá en este cambio decisivo.

Pero siempre tendremos el gozo de saber que en nuestro camino siempre encontramos a amigos como ustedes, a amigos eternos, a amigos temporales, a amigos comprensivos, así como también a los que nos juzgaron equivocadamente, enriqueciendo, contradictoria e incompresiblemente nuestra existencia.

A Dios gracias, siempre he sido como el muñeco porfiado que se levanta por más que los golpes intentan mantenerlo en el suelo. Mi amor por la lectura, por el acopio de puntos de vista y su análisis, mi afición a tomar fotografía, mi deleite con la música, han ido enriqueciendo mi acervo de experiencias.

Siempre he tenido suficientes elementos que me sirven de refugio y de consuelo en mis momentos de duda, incertidumbre, cansancio o desaliento.

Mis análisis de lo que he ido encontrando en el camino, me han facilitado en comprender lo que en realidad es esta vida. Los remansos musicales y de pensamiento, que en mi vida en este mundo material me han brindado por lo bueno, ya que no todo es negativo en esta vida.

Y finalmente mis recurrencias a mi Dios que siempre ha estado allí presente, protegiéndonos individualmente y como familia a través de toda clase de cambios, experiencias, vicisitudes, alegrías y tristezas.

En ellas me refugio con frecuencia. Espero que a lo mejor te sirvan a ti también, aunque sea como un benévolo recuerdo de este amigo que te estima.




Monday, October 18, 2010

A MIS AMIGOS, Y A TODOS LOS DEMÁS, Con mis fotografías de nuestros jardines y paisajes guatemaltecos.

Existen personas, en nuestras vidas,
que nos hacen felices por el simple hecho
de haberse cruzado en nuestro camino.

Algunos recorren el camino a nuestro lado,
viendo muchas lunas pasar.
A otros, los vemos apenas entre un paso y otro…

A todos los llamamos amigos…
pero hay muchos de ellos.
Cada hoja de un árbol o de una planta
simboliza uno de ellos.
Las primeras brotaron de nuestros padres;
nos muestran lo que es la vida.

Después… los hermanos, los hijos, los amigos,
con los que dividimos nuestro espacio
para que puedan florecer como nosotros.

El destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos
que iban a cruzarse en nuestro camino.

A algunos les llamamos
“amigos del alma, del corazón”
porque son sinceros y verdaderos.
Dan brillo a nuestros ojos,
música a nuestros labios,
agilidad a nuestros pies.

También están aquellos que son amigos por un tiempo,
tal vez por unas vacaciones, unos días, unas horas.

Ellos también logran poner
muchas sonrisas en nuestras caras
durante el tiempo en que estamos juntos.

El tiempo pasa. El verano se va,
y el otoño se aproxima.
Entonces perdemos algunas de nuestras hojas.

Algunas nacen en otro verano.
Otras permanecen por muchas estaciones,
con recuerdos de maravillosos momentos del tiempo
en que se cruzaron en nuestro camino.

Simplemente porque cada persona
que pasa en nuestra vida
es única.

Siempre deja un poco de sí,
y se lleva un poco de nosotros.
La prueba evidente de que las almas
no se encuentran por casualidad.





TÚ ERES UNA DE ESAS PERSONAS.

Hay personas que con solo decir una palabra
encienden la luz y los rosales,
que con solo sonreír entre los ojos,
nos invitan a viajar por otras zonas
y nos hacen recorrer un mundo bueno.

Hay personas que con solo dar la mano
rompen la soledad, ponen la mesa,
sirven el ponche, colocan guirnaldas.

Hay personas que con solo empuñar una guitarra
hacen una sinfonía de entrecasa.

Hay personas que con solo abrir la boca,
llegan hasta los confines del alma,
alimentan una flor, inventan sueños,
hacen cantar al vino haciendo sonreír al alma
y se quedan después como si nada.

Y uno se va de novio con la Vida.
Desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay personas que son así, tan necesarias.

Tú eres una de ellas.
Alegrémonos! Algún día descansaremos
en sus amorosos brazos.
Descansemos! Dios está en control






ESA ES LA VIDA.

Al llegar al final de estos comentarios quiero cerrar este homenaje a la Amistad con algunas referencias a lo que la vida es a los ojos de tantos que la han vivido, aunque no, probablemente, desde una cristiana perspectiva, pero sí, una llena de bravura, optimismo, y apertura al hecho de que cada circunstancia agrega un poco más de sabor a una vida que, de otra manera, sería tan desagradable y limitada.

Algunos encontrarán el camino de regreso a la amistad con Dios, la más deseada en tiempos de dificultades, así como también en los de bendiciones y soledades.

Al hacerlo, ellos, y yo incluido, hemos podido cerrar el círculo y atar los cabos sueltos de una vida, que, de nuevo y de otra manera, habría sido tan lamentablemente desperdiciada.

O.C. Smith, uno de mis cantantes favoritos, desde hace muchas décadas, fue uno de ellos. el pudo cambiar su vida en una de servicio a Dios, con su ejemplo, sus sueños, su voy y sus experiencias.

Es por todo esto que su canción sobre la vida es tan adecuada para cerrar mis comentarios sobre este maravilloso regalo de Dios, la Vida, y la Amistad con El, con nosotros mismos, con el resto de las personas, aún aquellas antagónicas a nuestro modo de pensar, creer y hacer.

Por todo esto, y por las demás cosas buenas que hayamos experimentado, cantemos con él, desde el fondo de nuestros corazones y nuestros sentimientos.
Esa es la Vida. Eso es lo que dice la gente.
En la cima en Abril. Derrotado en Mayo.
Pero sé que cambiaré esa tonada
al volver a la cima en Junio.

Esa es la vida por extraño que pueda parecer.
Hay quienes se gozan destruyendo sueños,
pero no dejaré que ello me deprima.
Este viejo mundo continúa girando.

He sido títere, pobre, pirata, poeta, rehén y rey.
He estado arriba y abajo,
y adentro y afuera,
y sé muy bien una cosa.
Cada vez que me encuentro cara al suelo
me levanto y regreso inmediatamente a la lucha.

Esa es la vida, no puedo negarlo.
He pensado en renunciar pero mi corazón no lo acepta.
Y si no pensara que vale la pena,
me enrollaría en mí mismo y moriría.

Una mañana cualquiera
me enrollaría en mí mismo y moriría.

Monday, October 4, 2010

Buscando comprender un poco la actual manera de vivir y lo que las nuevas generaciones pueden esperar o tener esperanza de cambiar por algo mejor.

Hace ya un mes que recibí por correo electrónico, reenviado, conteniendo un mensaje de George Carlin. He estado repasando su contenido, una y otra vez, y cada vez sus conceptos penetran más profundamente mi mente y mi espíritu.

He platicado sobre ello con algunos amigos, retirados como yo, mientras disfrutamos la frescura de las tardes, sentados en las bancas que adornan la pequeña placita con su fuente, en nuestro vecindario, y siempre coincidimos en que los tiempos han cambiado. Tiempos más rápidos y complicados, pero en ninguna manera mejores que los que ya hemos disfrutado hasta la fecha.

Aún aquí, en este tranquilo refugio en que vivimos, podemos ver las tristes consecuencias de la manera apresurada en que están viviendo las nuevas generaciones.

Justamente hace unos pocos días, mientras platicábamos, varios niños, de no más de ocho años, estaban jugando alrededor de la banca vecina a la que nos encontrábamos en nuestro parquecito.

En su alborotado parloteo se jactaban de sus zapatos tennis, de marca reconocida y alto precio. Asimismo discutían sobre sus holgados y estrafalarios pantalones cortos, sus camisetas con logos en otro idioma, que ni siquiera comprendían qué era lo que decían, y lo más peculiar es que se jactaban asimismo, de los aretes que perforaban sus pequeñas orejas.

¿Y sus padres? Ausentes, como siempre. Trabajando duro, pero dejando solos en casa a sus hijos.

No es de sorprenderse que nosotros asimismo, nos vayamos acostumbrando a ver pasar a las bonitas jovencitas, pavoneándose del brazo de jóvenes adolescentes, similarmente vestidos en la forma más estrafalaria posible, y algunas de ellas acunando ya, en sus brazos, a niños de alrededor de uno o dos años.

Supuestamente este es un vecindario de clase media. Numerosos automóviles ruidosamente desfilan por el boulevard principal de nuestro residencial, manejados por los adolescentes mayores, utilizando los vehículos de reserva, en ausencia de sus padres.

Si esto es lo que sucede en nuestro barrio, fácilmente podemos imaginar lo que pasa en las barriadas más pobres y sobrepobladas, donde la gente tiene por fuerza que acostumbrarse a los excesos de los grupos de adolescentes y jóvenes adultos, que imitan la manera violenta de vivir de las bandas o maras de los países, supuestamente más civilizados, de donde posiblemente han sido deportados, para regresárnoslos ya viciados.

Agreguemos a esto las maneras viciadas moralmente de los mayores, que justificadamente, según ellos dicen, por razón de las rampantes injusticias sociales de hoy en día, se dedican a protestar violentamente reclamando supuestos derechos a ser subsidiados por los gobiernos de turno, mientras, acuciosamente e irresponsablemente, contribuyen a expandir la creciente explosión poblacional, trayendo a este mundo más bebecitos y niños a este mundo, ya excesivamente poblado y carencial.



No es mi propósito, en manera alguna, de insistir en pintar con tan grises y depresivos matices las carencias e injusticias sociales que nos afligen en una u otra manera. Imágenes similares podemos encontrarlas en muchos otros lugares, aquí o acullá, en los asentamientos humanos de las clases menos favorecidas, en cualquiera de las ciudades de este mundo.

Lo hago porque los mensajes de desesperanza se unen a los coros de los circos mediáticos pero se pierden en el ruido cacofónico y repetitivo de los payasos, maestros, por razón de las ventajas financieras que conllevan el permanecer como voceros de los shows caleidoscópicos que inundan nuestra atención y tiempo, cada vez que encendemos las radios o los televisores, que reinan omnipresentes en nuestros modernos hogares.


Ojalá que la sanidad y el cambio por algo mejor y positivo lleguen pronto. Ya es tiempo de que algún cambio significativo se haga presente. Ya estamos estrellándonos en los niveles más profundos de la decadencia moral de nuestras sociedades.

Mantengamos la esperanza, porque no habrá otro camino más que levantarnos y cambiar de hábitos, creencias y motivaciones, si no queremos ser destrozados hasta la muerte sobre los suelos nauseabundos de lo que ya he definido, y con razón abundante y justificada, como la más abyecta claudicación moral de este siglo pasado y del que tan solo hace unos pocos años comienza.


Por ello es que el mensaje que transcribo a continuación, y que he transformado en video, al final de estas reflexiones y comentarios, es tan oportuno, tan vital, tan contundente.



UN MENSAJE POR GEORGE CARLIN:

Su esposa murió recientemente.
No es sorprendente que George Carlin,
comediante de los años 70 y 80,
pudiera escribir algo tan elocuente.

La paradoja de nuestro tiempo
es que tenemos edificios más altos
y temperamentos más reducidos.
Carreteras más anchas
y puntos de vista más estrechos.

Gastamos más
pero tenemos menos.
Compramos más
pero disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes
y familias más chicas.
Mayores comodidades
y menos tiempo.

Tenemos más grados académicos
pero menos sentido común.
Mayor conocimiento
pero menor capacidad de juicio.
Más expertos pero más problemas,

Mejor medicina pero menor bienestar.
Bebemos demasiado.
Fumamos demasiado.
Despilfarramos demasiado.

Reímos muy poco. Manejamos muy rápido.
Nos enojamos demasiado.
Nos desvelamos demasiado,
y amanecemos cansados.

Leemos muy poco,
vemos demasiada televisión.
Y muy raras veces oramos.

Hemos multiplicado nuestras posesiones
pero reducido nuestros valores.
Hablamos demasiado.
Amamos demasiado poco.
Y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida,
pero no a vivir.
Añadimos años a nuestras vidas,
no vida a nuestros años.

Hemos logrado ir y volver de la luna,
pero se nos dificulta cruzar la calle
para conocer a un nuevo vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior,
pero no el interior.
Hemos hecho grandes cosas,
pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el aire,
pero contaminamos nuestra alma.
Hemos conquistado el átomo,
pero no nuestros prejuicios.

Escribimos más
pero aprendemos menos.
Planificamos más
pero logramos menos.
Hemos aprendido a apresurarnos,
pero no a esperar.
Producimos computadoras
que pueden procesar mayor información
y difundirla,
pero nos comunicamos
cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rápidas
y digestión lenta.
De hombres de gran talla
y cortedad de carácter.
De enormes ganancias económicas
y relaciones humanas superficiales.

Hoy en día dos ingresos son comunes
pero también más divorcios.
Casas más lujosas
pero hogares rotos.
Son tiempos de viajes rápidos.
Pañales desechables.
Moral descartable.
Acostones de una noche.
Cuerpos obesos.
Y píldoras que hacen todo,
desde alegrar y apaciguar,
hasta matar.

Son tiempos en que hay mucho en el escaparate
y muy poco en la bodega.
Tiempos en que la tecnología
puede hacerte llegar esta carta,
y en que tú puedes elegir
compartir estas reflexiones.
O simplemente borrarlas.

En este momento preciso hagamos un alto
y analicemos las palabras sabias
de una mujer excepcional.
“si asumimos una visión catastrofista del ser humano,
estamos acabados.
La vida se hace inútil.
Yo también me siento, interiormente,
incapaz de ser optimista.
Pero hay que serlo, cueste lo que cueste.
Hay que mantener la confianza en el futuro”.
Rita Levi-Montalcini, neuróloga italiana, 22/04/1909,
Premio Nobel de Medicina en 1986.


Una vez de acuerdo en esto, volvamos al mensaje de Carlin.


Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos
porque ellos no estarán aquí siempre.
Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira,
porque esa personita crecerá muy pronto
y se alejará de ti.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca
porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón,
sin que te cueste ni un centavo.

Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos,
pero sobre todo dilo sinceramente.
Un beso y un abrazo pueden reparar una herida
cuando se dan con toda el alma.

Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido
y atesorar ese momento,
porque un día esa persona ya no estará contigo.

Date tiempo para amar y para conversar,
y comparte tus más preciadas ideas.
Y recuerda siempre:
La vida no se mide por el número de veces
que tomamos aliento,
sino por los extraordinarios momentos
que nos lo quitan.
George Carlin

Monday, July 19, 2010

1: REFLEXIONES PARA LOS ADOLESCENTES Y JÓVENES

El sábado pasado una de mis nietas llegó a sus diez añitos de vida. El domingo, todas las mujeres de la familia, desde la abuela, mi esposa, hasta las tres pequeñitas, además de sus amiguitas más cercanas, celebraron el día en compañía de los niños de un orfanatorio.

Compartiendo su tiempo, pintando paredes, distribuyendo regalos, prodigándoles un poco del mucho amor, cuidado y protección, que nuestro omnipotente, y omnipresente Señor ha derramado sobre todos nosotros a través de todas nuestras vidas.

El sábado en la tarde, como cumplido abuelo, gocé grabando videos y tomando fotos de ellas y 5 de sus amiguitas más cercanas. Fue todo un atardecer de alegría, danzando, riendo, haciendo chistes, corriendo a lo largo y ancho de los jardines del residencial donde ella vive.

Y ello me hizo recordar pensamientos compartidos durante otro tiempo hermoso, hace casi dos años, con Andrea Alejandra, la segunda de mis nietas. Ellos surgieron con motivo de mí compartir con ella mi entendimiento de la vida, ya que ella tenía que escribir un ensayo sobre el tema, ya a finales de su quinto año de bachillerato.

Sucedía también que ella estaba arribando a sus 17 años y soñaba con seguir prontamente los pasos de su padre, mi hijo mayor, en la universidad.

Tuvimos la alegría de ver calificado su ensayo con las mejores calificaciones, y me sentí todavía más emocionado al ver, que sin cambios espectaculares en su modo de actuar, se convertía en la sobresaliente y bien centrada jovencita que actualmente sigue obteniendo excelentes calificaciones en su primer año universitario y su carrera de Ingeniería Industrial.

Habiendo incluido a sus compañeros de clases y amigos en este íntimo círculo de jóvenes que se reunían en la casa de mi hijo, para estudiar y compartir como exuberantes adolescentes que son, hoy quiero compartir estos pensamientos con todos aquellos , jóvenes o adultos, de cualquier edad, clase social o condición económica, que por casualidad los lean.


Porque deseo para todos lo mejor de todo, lo verdaderamente mejor, no las mascaradas ni los falsos artificios de este mundo acelerado en que les toca vivir.

A como uno de mis mejores amigos compartía no hace mucho conmigo,

(Comienza cita) “me alegro que encuentres gozo en estudiar, escribir y transformar las lecciones de la vida en pensamientos plasmados en el papel. Será un magnífico legado el que así dejes a tus hijos y nietos. Debemos transmitirlos… ser mentores y guías para las generaciones que nos reemplazarán.

Nosotros hemos sido bendecidos al poder conocer los gozos que solamente conocen los viejos guerreros… aquellos que ganaron sus condecoraciones, no en los campos de parada sino que en las trincheras de la vida” (termina la cita).

Por ello, y yendo al fondo mismo de mis sentimientos que se desparraman como riachuelos nacidos en el manantial de mis experiencias, les dejo a su disposición los pensamientos que ahora les ofrezco.

Reflexiones para los adolescentes y jóvenes adultos
que están apenas comenzando a vivir en estos tumultuosos días.

Una anciana preguntaba a unos jovencitos
por qué se emocionaban tanto con las acciones
de quienes no saben ni siquiera que ellos existían,
y por qué vivían tan ansiosos
por tener a cualquier costo
lo más reciente que salía al mercado.

Esto debería hacernos reflexionar a todos
que por más poderosos que seamos
o pensemos que somos
no podemos evadir o alejarnos de las tormentas
que afecten nuestras vidas.

Los desencantos, las pérdidas,
o para decirlo simplemente,
las expectativas no reciprocadas
son las cosas que sin importar nuestra edad,
estado anímico, afluencia económica o estatus social,
a veces nos hace sentir como ancianos indefensos,
o infantes, necesitados de seguridad, protección y afecto.

Y esto no es siempre fácil admitirlo
por nuestra necesidad de tener y mantener viva
nuestra propia identidad,
asegurando, así,
nuestra Autenticidad
e Independencia.

En estos mis postreros años quiero compartir con vosotros
mi entendimiento de todos estos conceptos,
y todo lo que deseo
para que ustedes tengan
una vida significativa y transcendente,
a pesar de cualquier circunstancia adversa.

A todos ustedes, los que enfrentan un futuro incierto,
quisiera recordarles,
para que estos pensamientos se conviertan
en vuestra permanente compañía,
y en los parámetros que los guíen a través de sus vidas.

Y lo que hoy alegremente gozan,
como lo justificadamente vuestro,
se convierta en el firme y duradero fundamento…
y el ambiente, donde los conceptos
se conviertan en realidades
sólidamente implantadas en vuestras vidas conscientes.

¡Lo Auténtico!
¡Lo Correcto!
¡Lo Verdadero!
¡Lo Fundamental!
Por su propia naturaleza están íntima
e indisolublemente
fusionadas con la dependencia
y la confianza en vosotros mismos.

Si estáis seguros de lo que realmente son
y de lo que quieren ser
indudablemente sois auténticos,
pero, si por alguna circunstancia la inseguridad personal
se hace presente en vuestra vida,
es posible que no crean poder superarla,
o peor aún, quieran tratar de disimularla
por medio del camino fácil del aparentar lo que no son,
ya que muy dentro de vosotros mismos
os visualizáis de manera muy diferente.

Y es en estas circunstancias cuando es tan fácil
confundir la autenticidad
con la excentricidad o la superficialidad extrema.

El problema real no es el ser emotivo
o que te gusten las cosas buenas de la vida
como la ropa de calidad, la música,
el socializar o el admirar las tendencias de la moda
o los íconos de la misma.

El problema es la consciente o inconsciente imitación.
El problema es el someterse a las presiones del grupo
o al capricho de la moda.
El problema es el deseo constante de tener más de lo que ya tienes,
tan solo porque otros tienen más de lo que ya tú tienes.

¡Goza la vida!
Pero dentro de los auténticos parámetros de tu identidad propia.
Busca tu realización personal
a través de la genuina expresión
de tu potencial, tus habilidades, tu perseverancia,
sin dejarte arrastrar por la histeria y exigencia colectiva
que te exige comportarte
y actuar con la irracionalidad del grupo.

Sé siempre como eres dentro de ti mismo,
en casa, en tu círculo de familiares y amigos,
y aquellos que te amen como si fueras uno de ellos mismos,
porque ellos serán tu refugio y confort
en todo tiempo y circunstancia a lo largo de los caminos de la vida,
desde el comienzo de tu caminar cuesta arriba,
hasta que tus cansados pasos se pierdan
en los límites lejanos de tus horizontes


2. DESTINO, ESPERANZAS Y TEMORES

Para completar estas reflexiones, quiero compartir mis pensamientos con los jóvenes y no tan jóvenes por igual, ya que todos somos parte de la trama viviente que hace que este mundo sea lo que es.

No quiero, ni por un instante, evadir o cerrar los ojos a las duras realidades de la vida que afligen a todas las sociedades e individuos, hoy en día.

Tampoco quiero demonizar o condenar a los que sucumben ante ellas o ante los conveniencieros incentivos ofrecidos a fin de ganar voluntades o torcer actitudes cuando estas se oponen a los que detentan temporalmente el control de los conglomerados sociales en los que están viviendo.

Cada quien, a como alguien ha dicho, es dueño de sus propios miedos, pero yo aún más bien diría, cada quien tiene un límite de resistencia y un punto de quiebre de voluntades y acciones.

Sin embargo, y para ser fiel a los valores morales que me fueron inculcados desde mi niñez más temprana, necesito afirmar que ninguna presión exterior es lo suficientemente poderosa e inevitable, como para abrumar o demoler nuestras voluntades o destruir nuestras integridades personales.

A todos vosotros os digo, que vale la pena el permanecer a toda costa siendo real y enfrentando gallardamente todas las triquiñuelas de la vida, sus tentaciones y presiones fatales.

Debemos realmente comprender que las adversidades pueden ser superadas, las esperanzas son el ingrediente indispensable para una vida plena, y que los temores se apoderan de nosotros, siempre y cuando dudamos, vacilamos o claudicamos ante las sutiles, toscas y poderosas, no hay que negarlo, amenazas a nuestro correcto entendimiento de la vida y nuestras consecuentes acciones, actitudes y pensamientos.

Los manipuladores de siempre harán uso de toda circunstancia y tiempo, doquiera y en cualquier momento que mostremos debilidad, codicia o actitudes acomodaticias.

POR LO TANTO, COMPRENDAMOS
LO QUE EN REALIDAD SON
EL DESTINO, LAS ESPERANZAS Y LOS TEMORES.

El miedo a la vida.
El miedo al hombre.
El miedo a la presión del grupo.

Todo se reduce a la interrogante fundamental
sobre SER O NO SER
Y, luego, enfrentar las consecuencias.

Determinando, conscientemente,
quién eres y quién quieres ser.
Decidiendo, sobre todo,
quién quieres ser cuando no haya testigos a tu lado.

Aceptando que Dios tiene un plan
y un tiempo para tu vida.

Normalmente la gente tiene miedo a la muerte,
Ya sea en su forma natural
o a la muerte emocional de la condena a la soledad
o el rechazo de los vecinos, conocidos o amigos.

Y por ello permiten que el miedo a la vida
o a vivirla correctamente entre en sus vidas,
evitando arriesgarse y mantenerse firmes
en sus convicciones y creencias.

Cediendo a las presión y a la manipulación
del impulso natural de querer ser aceptados
en el entorno social,
por los ocasionales compañeros
de viaje por la vida.

Una cosa tenemos todos que aprender
mientras transitamos por la vida.
El no tener miedo al mundo,
a la muerte o a la vida,
o a la sumisión obligada
a ninguna exigencia
o conducta irracional
demandada por el grupo.

Y mientras vayamos transitando
por los vericuetos de la vida,
no permitirnos más que ser,
al mismo tiempo,
verticales y sin componendas,
en lo que somos
y en lo que hacemos consecuentemente.

Tolerantemente comprendiendo
tanto las nuestras como las ajenas debilidades,
sin por ello justificar o aceptar
lo nocivo, lo falso o lo incorrecto,
simplemente por una interesada
o impuesta conveniencia



3. EN PAZ

Si nos mantenemos fieles, resistentes, y persistentes, llegará el día en que podremos, regocijadamente, y con toda certeza, proclamar, para que todos lo oigan, que estamos en paz.

Desde mis años de secundaria siempre me ha gustado la poesía. Hasta escribí y gané algunos premios menores utilizando un pseudónimo cuando era un cadete militar.

Uno de los poemas que me ha gustado más, aunque, en ese tiempo, lo menos que podía imaginarme es que se aplicaría algún día a mi vida, era, y todavía lo es, con causa justificada hoy en día, el poema “EN PAZ” escrito por el poeta y diplomático mexicano Amado Nervo.

He aprendido finalmente que vivir la vida en toda su plenitud no es escalar y aferrarse desesperadamente a la cima de las montañas, a cualquier precio, a pesar de la nieve, los vientos congelantes y el vacío interior que usualmente constituyen lo colateral a los premios del reconocimiento y del éxito en este mundo.

Lo peor de todo es el de sintetizar el éxito como la mera adquisición del estatus social y la bienandanza económica, hasta llegar al exceso, a costa de la paz interior, la soledad bienaventurada y el gozo de la remembranza de los recuerdos que te dicen, una y otra vez, que te sobrepusiste con honores al fragor de las tormentas conveniencieras que atacaron sin descanso alguno nuestra integridad y auto-estima a lo largo de los años ya vividos.

El estar en paz, mientras transcurren los años dorados de nuestra edad postrera no es el final del camino. Es, en cambio, la fase fundamental en la vida cuando el significado y la transcendencia residen en la transmisión de las experiencias acumuladas a los que vienen atrás, ansiosos de llegar a las metas que presienten los esperan.

Al hacerlo, las nuevas generaciones, por lo menos, no podrán convenientemente decir que no conocía donde estaban los rodeos fatales en el camino y los errores que esperaban su paso para desviarlos de la senda recta que los habría de llevar a los niveles más altos de la auto-realización en lo que realmente es importante en esta vida.

Sinceramente espero, que algún día, cada uno de ustedes, los que, aunque sea por unos efímeros instantes, presten atención a estos pensamientos, puedan finalmente decir, a como lo digo hoy en día: Vida, nada me debes. Vida, estamos en paz.

Porque por eso es por lo que realmente la vida es digna de ser vivida. Para poder decir, al final de la misma, o cuando se pregunten por qué la adversidad no nos ha destruido, que valió la pena ser fieles a lo que era correcto, fundamental y justo, por ser la única manera de poder afirmar que la paz verdadera es nuestro tesoro, y que vivimos la vida, con obstáculos y pérdidas pero sin remordimientos.
¡EN PAZ!

Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo Vida,
Porque nunca me diste ni esperanza fallida,
Ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

Porque veo al final de mi rudo camino
Que yo fui el arquitecto
De mi propio destino;

Que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
Fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas;
Cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno,
Más tú no me dijiste que Mayo fuese eterno.

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
Más no me prometiste tan solo noches buenas;
Y en cambio tuve algunas santamente serenas.

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
Vida, nada me debes.
Vida, estamos en paz.


TENED CALMA, DIOS ESTÁ EN CONTROL.


Saturday, February 27, 2010

Una serie de video reflexiones sobre lo ya vivido y lo que resta por vivir

Se ha dicho que las imágenes son mil veces más valiosas que las palabras.
¿Imágenes y palabras juntas... cuán valiosas podrían ser?
la vida es una sucesión de conceptos y eventos.
El hombre es a la vez sujeto y objeto.
la sabiduría reside en el llegar a conocer
cómo enlazar armónicamente ambos extremos,
y al mismo tiempo aprender de ello,
dejando un legado positivo
de conceptos y experiencias,
a los que aún están por venir y vivir.
Nosotros, LOS GRANEROS VIEJOS DE LA VIDA,
sazonados y curtidos por la vida,
somos los más apropiados para transmitir
las adecuadas inquietudes a los
más jóvenes, en proceso de comprensión
y adaptación a la vida.
y exhortarlos a interrogarse a sí mismos,

demandado respuestas verídicas

a los gobernantes y líderes,

con integridad, honestidad y valentía,

sobre qué es lo que está pasando,

y cual es la verdadera motivación

de tanta arenga vocinglera

y manipulación social y mediática,

teniendo siempre en cuenta

que no hay dádivas desinteresadas,

que lo que tiene un valor real

cuesta esfuerzo personal y entrega,

y a como el dicho popular nos dice:

no hay almuerzos gratis, ni prebendas.

Y la solución, individual o colectiva, a tanto sufrimiento

se ve cada vez más lejana

mientras va cada vez más en aumento.

Por no querer comprender cuanto más fácil

sería el vivir si nos apegáramos

a los valores morales correctos

y siguiéramos íntegramente

las simples reglas de la vida

que nos depara el sentido común,

aunque no tan común en estos tiempos tan inciertos.

Y si el vivir de tal manera nos pudiera condenar

al ostracismo, el rechazo o a sufrir las injusticias,

no por eso debemos claudicar, sino más bien

silbemos, cara al viento, y sigamos adelante,

transitando los caminos correctos.

Bendícelos, Señor.

Tú sabes, Señor, que los que están leyendo esto

son muy especiales para mí.

Agradezcamos a todos aquellos,

a quienes les importa lo suficiente

el mantener un pensamiento positivo,

y comparten sus sentimientos y sus mejores deseos

para todos nosotros y aquellos

que hagan un alto en su agitada vida

y mediten en todo esto,

y que esperanzadoramente

lo hagan parte de sus vidas,

para un cambio por el bienestar propio,

tanto nuestro,

como de nuestras familias y amigos,

así como de todo el conglomerado social

del mundo entero

sin distinciones ni discriminaciones algunas.

Tuesday, February 2, 2010

¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ PASANDO? ¿Y QUÉ PODEMOS HACER AL RESPECTO?

En las últimas semanas he estado inmerso en un diluvio de correos electrónicos, así como miríadas de noticias y comentarios televisivos sobre las crisis mundiales, transformaciones negativas, miserias y esfuerzos por socorrer a las víctimas.

Al mismo tiempo he estado analizando los reclamos y manifestaciones de muchos que están en desacuerdo con las motivaciones y acciones de los gobernantes de sus naciones.

Me tomo muy en serio la legitimidad de sus puntos de vista, así como la de los míos, muy personales, que me hacen, apasionadamente, disentir completamente con algunos de esos mismos gobernantes.

Pero no siempre toda las fallas y las responsabilidades recaen sobre sus hombros. Me viene a la mente una afirmación de un candidato presidencial que afirmaba vehementemente: “Es la economía”, al tratar de enfatizar el meollo del concepto fundamental que permeaba su campaña proselitista.

Tiendo a estar de acuerdo con esta afirmación, con tan solo unas pequeñas diferencias de interpretación y contenido. Porque, a mi modo de ver, el problema realmente no es la economía, el dinero y la riqueza por sí mismas, sino la forma en que la vemos, la buscamos, la perseguimos, hacemos componendas con tal de conseguirla, y abusamos de ella, que es lo que está hundiendo al mundo entero en una vorágine y caos que parece insondable y sin remedio.

En el transcurso de mi vida he visto y apreciado a muchas personas que han creado y continúan creando riqueza en una forma honesta, a través de su empuje, su visión y dedicación y aprecio de los que colaboran con ellas en sus esfuerzos.

También he visto a muchas personas, destrozadas y destruidas por la insensibilidad de otras personas, coludidas con, y cómplices de las maniobras y esquemas estructurales más corruptos y cínicos.

Los he visto actuar sin escrúpulo alguno, ni temor o remordimiento, en su búsqueda, adquisición y control de la riqueza y la influencia conveniente a cualquier costo, sin ninguna consideración para aquellos a los que atropellan y victimizan destruyendo inmisericordemente futuros y esperanzas.

Pero lo más lamentable y doloroso, es el ver la fingida indiferencia de los amigos, conocidos o compañeros de labores, sutilmente distanciándose, si es que no ponen farisaicamente en duda la inocencia de los infortunados, que engrosan las filas de los victimizados y desposeídos de medios, posición y fortuna, por el temor de verse incluidos en esas masas.

Todo esto, y en una reacción emocional de apoyo y comprensión de la motivación de los que tratan de identificar los por qué y los cómos que causan la presente y abrumadora confusión, odio, violencia y crisis sin final o fundamento, me ha hecho considerar y meditar sobre lo que está sucediendo, lo que lo está causando, y lo que tendríamos que hacer para enfrentarlo, retarlo y dominarlo, por razón de nuestra paz, presente y futura.

Había estado tratando de plasmar y grabar mis pensamientos en el ambiente más íntimo y silencioso, para, en mi modo de pensar, poder enfocar apropiadamente los conflictos, pero la vida misma me ha enseñado que ello sería tan solo un ejercicio intelectual y estéril, si ocurriera aislado de los sonidos recurrentes de las crisis.

Al tratar de grabar la melodía de fondo del video en que trataba de plasmar mis pensamientos, el ruido ascendente de los automóviles que aceleraban precisamente al pasar ante la ventana de mi estudio me enseñaron la improcedencia de mi esfuerzo.

Por lo tanto, dejé de esforzarme de grabar los sonidos en el más absoluto silencio circundante, y permití que los ruidos de la vida corriente se integraran a la música de fondo que encuadraba mis pensamientos más íntimos, al tratar de meditar sobre todo lo que está sucediendo, preguntándome qué es lo que está pasando y lo que podríamos hacer al respecto.



¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ PASANDO?

¿Y QUÉ ES LO QUE PODEMOS HACER AL RESPECTO?



¿Qué es el no oír, y callar
Cuando los poderosos abusan?

¡Simple y claramente
Hipocresía, complicidad y cobardía!

¡Lo mismo que el buscar excusas
Para cerrar los ojos
Y no resistir o reaccionar
En contra de esos voraces
Depredadores!

¿Qué es el eximir a los gobernantes
y líderes de la industria,
las finanzas y el comercio,
de su responsabilidad y las sanciones
por despojarnos del vivir en libertad
y bienandanza?

¿Por razón de la, por conveniencia,
Y por ello considerada indispensable,
Necesidad de preservar los privilegios
Y “status quo” de los líderes
Que abusan?

El actuar así es convertirnos
En los conscientes y corresponsables
Testigos y cómplices de los culpables
De implantar la negra noche
De la opresión y esclavitud
Disimuladas y encubiertas.

Corriendo en proboscídea estampida
A apoyar a los amenazados
Gobernantes y manipuladores
Ambiciosos y corruptos

Aplastando a los que ellos,
Específicamente fueron elegidos
Para proteger y estimular su progreso.

Sin vergüenza ni remordimiento
Por la abierta manipulación
De los derechos que están supuestos
A preservar y defender.

¿Cuál es la verdadera razón
Del clamor internacional
Cuando un líder abusador
Es removido por la exasperación
Y rebelión de los comúnmente
Resignados y timoratos?

¡Tened cuidado! Tiempos vendrán
Cuando los enjaulados y manipulados
Devoren a sus abusivos y despiadados
Carceleros y manipuladores!

Expulsando a los traidores
A su deber de preservar la justicia,
La paz y el mutuo entendimiento social
De sus naciones y habitantes.

No olvidemos que las naciones
Son empresas
Y los pueblos accionistas
Con derecho a despedir
A sus gerentes y administradores
Corruptos o ineficientes.

El reto es el hacerlo de manera cívica,
Colectiva y consciente, sin violencia
Aún en contra de las parásitas
Burocracias institucionales
O foráneos y egoístas intereses.

Para no caer en el abismo
Y la miseria de las sociedades sujetas
A la violencia de las masas
Ignorantes y manipuladas
Por estos líderes impenitentes

Existe un hecho que parece ser
Consistentemente ignorado,
No visto u olvidado.

Todos navegamos en el mismo barco,
Minúsculo o pequeño,
A como prefiramos o nos sintamos cómodos,
Pero el mismo barco
Aunque no nos guste por ello.

En el arribaremos a puertos seguros
O nos hundiremos irremediablemente
En las turbulentas aguas
De la estupidez humana.

Ningún insulto, acusación,
Adjudicación de culpa,
Exoneración de responsabilidades
O reacciones violentas,
Aliviarán las complejas y abrumantes crisis,
Sino tan solo nuestra apreciación honesta,
Y la restitución de la integridad,
Y así hacer posible un cambio real
Para lo positivo y lo correcto.

Nosotros mismos hemos hecho
lo que el mundo es hoy en día.
Por nuestra acción o inacción.
Por nuestro activismo
O nuestra indecisión funesta.
Por nuestra ambición o pereza.
Por nuestros fariseísmo hipócrita
O radicalismo violento.

Ya es tiempo de hacer un alto en el camino
Y de cambiar lo que sucede.
Nosotros, los probos
O los indiferentes testigos
A la vera del camino.
Podemos elegir ser
O la destruida Sodoma y Gomorra
O la arrepentida Nínive.

Los ya aplastados y destruidos,
Los sufrientes y los oprimidos,
Los encarcelados sin esperanza de redención,
Libertad o restitución alguna,
Los inocentes por nacer
Para enfrentar el caos
Que estamos dejando atrás
A nuestro paso por la vida,
Así nos lo demandan.
Tenemos una deuda impagable con ellos.

El cambio es siempre posible, si es deseado. De nosotros depende el tipo de cambio que queramos. Para lo peor o para lo mejor en relación a lo que ya tenemos. Y consecuentemente dependiendo de las acciones que emprendamos.

Comencemos por cambiar nosotros mismos, y a trabajar influenciando a otros con nuestro ejemplo y acciones, en un círculo creciente y restaurativo.

Y si somos ignorados,
Descartados,
Atacados,
Aplastados,
O rechazados,
Descansemos en paz,
Con el conocimiento de haber hecho
Lo que estábamos supuestos a hacer
Sin importar el resultado
O circunstancia alguna.

Friday, January 29, 2010

EN ESTOS DÍAS TAN ESPECIALES ORO Y LE PIDO AL SEÑOR POR TODOS USTEDES.

Este año del 2010 estoy seguro que va a ser un año muy especial. Tan solo al analizar su numeración: 20 y luego 10… así lo siento.

En mi espíritu siento que es el año de las retribuciones al 100 por ciento. Cada uno de nosotros recibirá el doble de lo que demos. Si buenas cosas, otras mucho mejores. Si acciones erróneas o malas, peores, mucho peores, sin duda alguna. Al dos por uno, veinte por diez, doscientos por el ciento.

Hay momentos en la vida, sobre todo cuando nos estamos hacienda viejos, que tendemos a sentir que nos estamos quedando solos, descartados, en soledad, y a veces peor aún, en abandono.

Afortunadamente los tiempos han cambiado. A lo bueno. A lo malo. A nuevas Oportunidades y nuevas formas para mantenernos en contacto con la vida, sus actores, y especialmente con los amigos, por largo tiempo separados por la distancia.

Ha sido para mí maravilloso el ver cómo un simple contacto fortuito con uno de ellos, en adición a los amigos de mi infancia que me mantienen al día sobre el acontecer de ellos y sus familias, desencadenó una avalancha de antiguos recuerdos y contactos renovados.

Yo pertenezco a un ambiente hispano parlante, insertado de tiempo en tiempo en otro en el que se habla inglés. Esto me ha permitido el enriquecimiento creciente de las duraderas, o por así decirlo, profundas y permanentes amistades y comunión de los espíritus.

Nunca he pretendido ser cien por ciento original en todos mis pensamientos y acciones. Existe un tan vasto tesoro de ambas cosas a la disposición del que quiera disfrutarlas y hacerlas suyas. Es un acopio tan variado, orientado a mostrar el camino para potenciales y posibles mejores futuros, a los ignorantes, los haraganes, los indecisos, los inconscientes y ciegos que no se percatan de las acciones positivas que les permitirían gozar mejores futuros y alternativas ante la vida y sus circunstancias.

Lo que he decidido hacer, cuando me siento conmovido y profundamente tocado por el significado y profundidad de los mensajes recibidos, es el traducirlos de un lenguaje al otro, adicionando mis impresiones y comentarios personales.

Es una muy relajante y satisfactoria experiencia el poder hacerlo, cumpliendo así con el pedido de sus originadores y distribuidores, de mantener activa y siempre creciente la cadena de recipientes de los mismos.

Hace unos días recibí uno de estos mensajes tan especiales, no solo con un profundo contenido sino también con una de las serenatas musicales imperecederas, como telón de fondo, además de las fotografías.

Tan solo he tratado de magnificar el texto para luego convertirlo en un video para vuestro deleite, meditación, y propósito de mantenernos siendo la luz y sal de este mundo, por la misericordia y la gracia de nuestro Salvador y Señor.



He aquí el mensaje. Disfrutadlo.

En estos días tan especiales cuando me paro a reflexionar,
siento que hay muchas personas
que sin estar a mi lado
me acompañan siempre.

Otras, a las que quiero,
viven inmersas, como yo,
en la rutina diaria.

Todas me han ayudado a ser YO.

A mi familia, a mis amigos, a mis compañeros de fatigas….

… a los que me quieren bien
y me tienen en su pensamiento…

…a los que se alegran conmigo
y a los que sufren mis penas…

…a los que tengo a mi favor
y a los que me apoyan siempre…

…a los que me sostienen cuando desfallezco…

…a los que quiero sin que ellos
lo sepan ya los que me quieren
y yo no lo sé…

a los que siento tan cerca aunque estén a kilómetros de distancia

y a los que tengo cerca y no les dedico
el tiempo que se merecen…

…a todos los que hacéis que sienta que mi vida tiene sentido…

…a todos, quiero dedicaros estos
pensamientos.

Y a ti, aunque aún desconocido para mí,

y que eres una de todas esas personas,

quiero que la vida te sonría
y que la felicidad te acompañe siempre…

Que en la vida seas dichoso
y la paz reine en tu corazón

y que cada nuevo día sea un nuevo renacer.

Y… si crees en Jesucristo, cree en Él con fuerza,

porque aunque no lo notes, Él siempre estará contigo.