Monday, April 20, 2009

EL ÚLTIMO GIRO DE LA MONEDA CAYENDO EN EL LADO NEGATIVO DE LA MISMA.

La crisis universal, que ha afectado primeramente todos los valores fundamentales que son la base de la sociedad misma, no ha tomado forma en la conciencia colectiva, sino hasta los momentos presentes en que se ha manifestado en el ámbito financiero y laboral como la expresión más cínica de la ambición y la especulación humana.

Todas las manifestaciones perversas de la disolución de la conciencia y las buenas costumbres han sido defendidas, con desfachatez y osadía dignas de mejores causas, proclamando el derecho a la auto-destrucción disfrazada de libertad de escogencia y decisión sobre el propio destino.

El libertinaje ha sido proclamado como la expresión más cumplida del progreso de los derechos. No se toma en cuenta las enseñanzas de la historia que claramente nos señala los ciclos periódicos de las decadencias generacionales, que repetidamente suceden sin que nos queramos percatar de la estupidez que demostramos al no aprender a reconocer los síntomas inequívocos de las mismas.

Al mismo tiempo proliferan las situaciones de injusticia, de opresión y de ensañamiento del poderoso sobre el débil, tanto del opresor tradicional de lo que se ha dado en llamar el capitalismo inmisericorde, como del manipulador que se autoproclama defensor de los oprimidos y de los pueblos que no han encontrado ni disfrutado del progreso por las pretendidas situaciones de abuso en todos los ámbitos de la convivencia social.

Pero eso sí, ambos, opresor tradicional y autoproclamado defensor hasta que llega a reemplazar al primero, disfrutando no solo de las mieles del poder sino de las prebendas y los lujos que como gastos de representación se apropian diz que para representar dignamente a los olvidados que los llevaron en sus hombros hasta los umbrales de las residencias palaciegas del poder, del privilegio y la riqueza.

La tragicómica realidad es que ambos utilizan la misma base y fundamento para sustentar sus ambiciones. La única diferencia es que el así llamado “capitalista inmisericorde” prefiere trabajar en la oscuridad y el silencio para llevar a cabo sus acciones.

En cambio el populista manipulador trabaja a doble tiempo, a la luz del día con sus arengas vocingleras, y en las tinieblas para planificar y llevar a cabo sus silenciosas pero no menos efectivas componendas que le permitirán acumular riquezas para los tiempos en que desgastados ya sea reemplazado por el nuevo manipulador de turno o el reconquistante expoliador capitalista.

Y todo esto a la vista y paciencia cuando no del inconsciente aplauso de la masa plebeya que alineada a la vera polvosa de los caminos sin cambio de sus sufridas vidas, ven pasar ampulosos a sus pretendidos líderes, regocijándose, masoquistamente, al imaginarse en el lugar de sus antiguos compañeros, pretendidos defensores, pero realmente opresores de la misma calaña pero diferente apariencia o postura populista y vocinglera.

Lógicamente todo esto conduce a una actitud confrontacional necesaria e imprescindible para el tragicómico sainete del escenario internacional.

Y digo trágico por razón de las consecuencias imprevisibles pero siempre dolorosas del que se encuentra u oprimido o manipulado, pero en todo caso en desventaja ante las vocingleras actuaciones de los que se han encaramado, porque no podemos decir que han limpiamente escalado, las cumbres del liderazgo social, en cualquiera de sus manifestaciones.

Y digo cómico, porque eso es lo que parecen, cómicos de la legua, a como en el buen, añejo, castizo y punzante lenguaje de nuestros antecesores.

Y digo cómico, porque la actuación es idéntica a la de esas marionetas de ferias de pueblos o de payasos de circo de tercera o cuarta categoría, como el circo de Firuliche de mis tiempos de infancia venturosa.

Desgraciadamente, eso pareciera que es lo que atrae a las masas, que se refocilan en la carcajada grosera de la satisfacción primaria de sus ignorancias, de sus aprensiones, de sus insatisfacciones y sus dolencias emocionales.

Pero a como nos decían nuestros mayores, el comienzo de la sanación y la rehabilitación, es el reconocimiento y el análisis de lo que en realidad nos aflige y nos lleva a paso lento o rápido, para el caso da lo mismo, a nuestra muerte emocional, intelectual, y si dejamos que la dolencia se convierta ya no en epidemia sino en una total y universal pandemia.

Por ello me permito, y por última vez, poner sobre el tapete la negativa y pesimista situación de nuestro mundo material y nuestra sociedad presente.

Para que, partiendo de la generalización necesaria, volquemos nuestra mente sobre la partícula fundamental de la misma, la cual somos cada uno de nosotros, los individuos que a partir de nuestra identidad o falta de la misma, influenciamos nuestro círculo interior, nuestra familia, nuestros hijos, vecinos, conciudadanos, y en elíptica vorágine a nuestras sociedades.

Meditad en el video que, originado y hecho realidad por otros, ya que tan solo he enfatizado los conceptos que considero más fundamentales, es inevitablemente el escenario donde podremos ser, o las partes concurrentes del problema, la frustración, la controversia y el descalabro entero e integral, tanto el individual como el colectivo.


Los comentarios subsiguientes serán parte del girar de la moneda en busca de los conceptos y situaciones positivas que nos harán salir, lenta y paulatinamente de tan solemne embrollo.

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